“La Residencia”, de Fernando Fraiha. Crítica

El proceso creativo llevado a sus últimas consecuencias.

“La Residencia”, el nuevo film del director brasileño Fernando Fraiha (La Venganza, Choque de Cultura) y protagonizada por Dario Grandinetti y Débora Falabella, se estrena mañana 23 de febrero en los cines de nuestro país. El largometraje, realizado en plena pandemia, fue rodado con un permiso especial en locaciones ubicadas en Ushuaia (Tierra del Fuego) y se encuentra basado en la novela de Daniel Galera, “La Cordillera”. 

Entusiasmada por desarrollar su más personal y próxima novela “Violeta”, la escritora Ana (Débora Falabella) llega a “La Residencia” del Fin del Mundo, un prestigioso laboratorio de escritura en la Cordillera de los Andes, en el sur de nuestro país. Ahí conocerá a Holden (Darío Grandinetti), un líder carismático y creador de un método poco ortodoxo donde los autores y las autoras dejan de lado sus vidas para vivir como sus personajes.
Al principio Ana parece conflictuada con las tareas propuestas por Holden y parece no sentirse cómoda ante la cámara, presente en cada una de las sesiones junto a los otros miembros de la residencia. Mientas se adapa a la dinámica de trabajo, Ana comenzará a relacionarse con sus compañeros/as, empezará a conocer sus historias, sus proyectos, sus alegrías y sus oscuridades. Con algunos/as lográ construir algunos lazos, con otros/as se entablarán enfrentamientos. Los vínculos parecen quedar determinados por los relatos y por los personajes que se encuentran escribiendo…
El camino para lograr lo que busca Ana no parece fácil, pero gradualmente conseguirá cautivarse con el proceso creativo para sumergirse en el método que propone Holden, el cual la llevará a vivir como su personaje Violeta. Ana poco a poco irá perdiendo el control…¿A caso Ana finalmente encontrará la inspiración que busca y logrará culminar su novela?
“La Residencia” trata sobre el origen de las ideas creativas y de cómo el arte puede volverse la propia identidad, puesto que en el fondo un relato siempre resulta en la narración de nosotros/as mismos/as. En el caso del film, esta idea se vuelve una hipérvole, que muy correctamente aprovechada desde la misma dirección y desde lo que propone el guion, logra volverse un thriller psicológico repleto de suspenso y de mucha angustia. Más allá de la truculencia y de la tensión con las que se presentan la mayoría de las escenas (las cuales se vuelven cada vez más torcidas y complejas), el film hace eco en la diyuntiva de si es posible separar el arte del artista. Ana se vuelve Violeta. Violeta sin dudas tiene mucho de Ana. 
La pregunta de si es posible separar al artista de su arte, también se ve reflejada en Holden, quien parece que no ha conseguido desprenderse de su obra, por lo que ha tenido problemas para difundir su trabajo. Holden quiere deshacerse materialmente de las copias de su novela, la destrucción de lo que lo hace “escritor” parece ser su esencia.
Má allá de abordar el proceso creativo de Ana, en “La Residencia”, Holden resulta central, no solamente por su relación con Ana, con quien se identificará prácticamente desde el principio y con quien tendrá una relación de complicidad, sino porque encarna otro de los tópicos que subyacen al proceso creativo y a las artes en general: el maestro excesivamente riguroso y exigente capaz de llevar al límite a sus discípulos/as. Es, en esta exigencia extrema que transmite Holden a sus residentes y la obsesión misma de Ana con su novela, donde reside el suspenso, la tensión y la auto-tortura psicológica, lo que podríamos concebir como el verdadero nudo del film.
La película combina paisajes montañosos y gélidos en los que los planos generales tienen una potente presencia, con escenas en el interior de “La Redisencia”, donde preodiminan los tonos típicos de las cabañas cordilleranas. El frío es una constante a lo largo de todo el film, y los personajes logran transmitir una sensación prácticamente gracial en cada una de las escenas. La desolación y la angustia son los sustantivos que describen a todo el largometraje, puesto que el relato audiovisual se vuelve una seguidillas de los planos sugestivos con una cámara que parece seguir cada vez más alevosamente a Ana en su camino a la locura y a la autodestrucción. La música, junto con los típicos sonidos que recuerdan al cine de suspenso, completan la atmósfera sombría y turbia que maneja todo el film.
De lo expuesto, “La Residencia” es un film que quienes disfrutan de los thrillers psicológicos no se lo pueden perder. La atmósfera de suspenso y el nivel de tensión que maneja el film resultan muy acertados, haciendo que el espectador y la espectadora no pueda apartar sus ojos de la pantalla, lo cual, sumado al tópico de la auto-exigencia en el proceso creativo y a la ya muy reconocida figura del maestro riguroso capaz de llevar a sus discípulos/as al límite, resulta en un largometraje que aborda una preguna muy actual y en boga: ¿es posible desvincular la obra de arte del artista?
i

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Fernando Fraiha – Guión: Fernando Fraiha, Inés Bortagaray – Elenco: Darío Grandinetti, Débora Falabella, Pablo Sigal, María Ucedo, Germán de Silva – Producción: Biônica Filmes, RT Features – Co-Producción: Le Tiro – Productores: Bianca Villar, Fernando Fraiha, Karen Castanho, Rodrigo Teixeira – Co-Productores: Nicolás Grosso _ Fotografía – Gustabo Hadba (ABC) – Diseño de Sonido: Miriam Biderman (ABC), Ricardo Reis (ABC) – Diseño de Producción: Mariela Rípodas – Montaje: Sabrina Wilkins (AMC), Fernando Fraiha, Fernando Epstein – Música Original: O Grivo – Casting: María Laura Berch – Con el Apoyo de: ANCINE, BRDE, FSA, Spcine, INCAA – Distribución en Argentina: Cine Tren

Califiación

Dirección
Guion
Arte y Fotografia
Música
Actuación

En general, el film logra mantener al espectador y la espectadora en tensión hasta el final, haciendo que no sea posible despegar los ojos de la pantalla.

User Rating: No Ratings Yet !

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Volver al botón superior