Mudarse nunca es fácil e irse a otro país menos aún, sumando ambas cosas y potenciado por el desarraigo se crea un cóctel explosivo, difícil de digerir y superar. En todos lados del mundo hay extranjeros viviendo y sobreviviendo, todos sufren, todos ríen y todos intentan progresar. Todos se van buscando algo y eso es lo que intenta mostrar “La Escuela del Bosque”.
“Las callecitas de Barcelona tienen ese no se qué..”. podría decir cualquier turista, pero para un porteño que vive en la ciudad catalana, no hay como Buenos Aires. Sucede siempre con todos los que se van lejos, añoran la patria que los empujó (en mayor o menor medida) a emigrar. Moverse a una urbe como Barcelona no es nada simple, al igual que no debió serlo para los inmigrantes que llegaron a la Argentina.
“La Escuela del Bosque” participa en la Competencia Latinoamericana del Festival Internacional de Mar del Plata y tiene de protagonista a una mujer residente en Barcelona, que con su pequeña hija intentan sobrevivir en una urbe enorme, ajena para la madre, pero patria para la pequeña. Esa dualidad permanente de sentirse extranjera en el país que vió nacer a tu hija lo más interesante de los 88 minutos que dura.
Si bien es una película o un falso documental, cuesta encuadrarla y entenderla en un principio. Todo es un poco confuso y lo que parecen actores luego se desdibujan y no lo son tanto. No se termina de comprender del todo la intención de la cinta. Queda claro el disparador que se utiliza y es interesante para debatir, pero no transmite nada más.
Está disponible para ver de forma GRATUITA desde el 21 al 23 de noviembre haciendo click en el póster.
La Escuela del Bosque
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
No se termina de comprender del todo la intención de la cinta. Queda claro el disparador que se utiliza y es interesante para debatir, pero no transmite nada más.