Crítica de “Hachiko 2”

Es importante que sepas que “Hachiko 2” no se trata de una secuela de la película protagonizada por Richard Gere, sino una nueva versión, en este caso china, del conmovedor relato de este encantador perro que con su fidelidad ha conseguido cautivar a miles de personas. El film inspirado en ‘Hachiko Monogatari’ (1987) y en la adaptación de ‘Hachiko: Siempre a tu lado’ (2009) está dirigido por Xu Ang y protagonizado por Feng Xiaogang y Joan Chen.

La historia se sitúa en la ciudad de Chongqing, China, allí vive el sereno y templado profesor Chen Jingxiu (Xiaogang Feng). Un día, mientras viaja en una combi a su trabajo se cruza de forma sorpresiva con un cachorro perdido fuera de una perrera abandonada. Chen resuelve cuidar de forma momentánea, en su casa, al pequeño perro hasta encontrar al dueño adecuado, a pesar de las objeciones de su esposa Li (Joan Chen), a quien no le agradan para nada los perros.

Con el tiempo, Chen concluye finalmente que ninguna de las personas que pretenden adoptar al cachorro está en condiciones de hacerlo y decide quedarse con él, luego de desarrollar un vínculo realmente amoroso y llamándolo “Batong” después de encontrar al perro llevando una ficha de Mahjong (juego de mesa de origen chino) con el número ocho en la boca.

Un año después, Batong ha crecido y tiene la costumbre de seguir a su amigo Chen a la estación, todas las mañanas para despedirlo al trabajo. Por lo tanto regresa más tarde, por la noche, al mismo sitio para que ambos caminen juntos de regreso a casa. A medida que pasa el tiempo, ocurren diversos eventos familiares a lo largo de la vida de Chen, su hija se casa y su hijo se independiza, mientras tanto Batong continúa siendo leal, acompañando a su dueño hacia y desde la estación donde toma el teleférico todos los días.

En este sentido, el relato se torna extremadamente conmovedor, Batong es incondicional, pase lo que pase, haga frío, calor o se largué una tormenta feroz, él está ahí firme y por supuesto sin pedir nada a cambio.

Al tiempo, Chen muere de un infarto en un barco que navega por el Yangtsé desapareciendo en medio de su paisaje como tantos otros, se fue por el mismo lugar de siempre, pero no regresó, por lo que Batong no puede comprender su ausencia ni captar el concepto de muerte. Así, el compañero incondicional se encuentra perdido y se convierte en un melancólico perro callejero, que atrapado en una ciudad que cambia permanentemente, sigue anhelando y esperando el regreso de aquello que ya no existe.

En definitiva, un relato bellísimo, que conmueve de principio a fin y que por momentos se observa con un nudo en la garganta. Sin dudas, una reposición muy superior a las anteriores, que filmada con preciso cuidado, se busca en todo momento resaltar las características de cada uno de los personajes y su importancia en la trama. Sin descuidar nunca la deslumbrante historia, que se destaca naturalmente por su potencia de adaptación en hechos reales, trabajada con una narrativa y puesta en escena fascinantes.

Llega el 9 de mayo a los cines del pais.