“Voces” de Ángel Gómez Hernández. Crítica

Una propuesta ideal para pasar el rato y poco más. Una historia típica sobre fantasmas y casas encantadas, con algunas buenas actuaciones y con detalles interesantes en la dirección y el diseño de producción.

Eric, un niño de 9 años que se ha mudado con sus padres a una casa antigua, y no para de sentir presencias y de escuchar voces que le hablan. Después de un acontecimiento que hará temblar los cimientos de la familia, su padre Daniel buscará la ayuda de un experto en psicofonías.

Voces es una historia de terror clásico centrada en una familia y en el poder sugestivo de las psicofonías. Hablamos de un ambicioso proyecto que se siente descuadrado por la inmensidad de temáticas que trata de abarcar. Irritante por momentos por la poca empatía de algunos personajes ante determinadas situaciones, sin embargo, la cinta cumple sin más con los patrones del género propuesto. En definitiva, lo más solidó de Voces es su buen reparto al que Ángel Gómez Hernández sabe exprimir de manera adecuada.

No obstante, su guion, escrito por Santiago Díaz, tiene problemas, y hay una ausencia importante de personalidad. Se trata de una cinta con unas claves que hemos visto hasta la saciedad, y no parece que en ningún momento trate de decirnos nada nuevo, ni en fondo ni en estilo.

Película regular, con muy buenas intenciones eso sí, pero en la segunda mitad del film peca y abusa de los sucesos paranormales y los sustos. Un buen cine de terror es el que crea esa tensión sin necesidad de abusar de los tópicos y no es este el caso. Llega la película a un punto en el que pierde cierta credibilidad lo que estás viendo debido a los constantes sucesos paranormales y sustos gratuitos e innecesarios.

Voces no provoca risas involuntarias, pero tampoco llega al horror pretendido en el libreto. Si es apreciable en la película, muy apreciable, el detalle de la apertura y el cierre circular de la trama. Los planos cenitales de Ángel Gómez Hernández en estos momentos señalados son muy notables.

Lo más destacado de la película son las actuaciones, Rodolfo Sancho interpreta de manera sólida a Daniel. Él es el cabeza de familia. Un hombre normal que se dedica a comprar y rehabilitar casas para volver a venderlas. Debido a este trabajo los personajes tienen una vida un poco nómada pero tranquila. Sin embargo, cuando llegan a una nueva casona las cosas empiezan a torcerse.

Su esposa, Sara, es interpretada por una siempre solvente Belén Fabra. Es su primera aparición en el cine de terror y lo hace de manera notable. El niño es interpretado por Lucas Blas. Convincente actuación.

En conclusión, innovar en el género de terror es difícil, parece que ya todas las historias están contadas y que ser original, sin recurrir a los ya manidos tópicos, clichés y efectos, es imposible. En este caso, Voces recuerda demasiado a otros títulos de terror y, si a esto le sumamos la falta de un trasfondo y contexto relevante en cuanto al misterio y a sus personajes, la trama acaba careciendo de interés.