Un año transcurrió desde los eventos que aterrorizaron nuevamente a Woodsboro. Después del ataque que sufrieron las hermanas Carpenter y sus amigos a manos de Ghostface, los cuatro protagonistas deciden mudarse a Nueva York para continuar sus vidas. Pero este asesino serial encontrará la forma de encontrarlos y acercarse a ellos para, una vez más, saciar su sed de sangre.
Con expectativas encontradas debido a que la edición anterior no tuvo grandes críticas positivas, Scream VI tuvo grandes aciertos que la convierte en la mejor entrega hecha por los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett. Uno de esos aciertos es el cambio de escenario que trajo a la serie un aire de frescura ya que convoca a nuevas locaciones.
Como ya es sabido, la saga Scream es consciente de que es una película de terror lasher, por ende, sus personajes juegan con eso. “¡Estamos en una franquicia!”. El personaje de Mindy hace sus predicciones acerca de quién es quién dentro de la cinta. ¿Esta vez acertará?. Las expectativas aumentarán y no dará brazo a torcer para sorprender a sus espectadores.
En esta oportunidad, sin embargo, se ve a un Ghostface más torpe, donde sus apuñaldas no son tan certeras y sus presas se les escapa de las manos en diversas ocasiones. A pesar de ello, durante los 120 minutos hay mucha escenas sangrientas que te pondrán la piel de gallina, haciendo que se convierta en una de las ediciones más “gore”. El humor negro no podía faltar, pues es lo que hace una serie divertida y que la muerte no se vea tan trágica.
Sin posibilidad de agotar los recursos, la sexta entrega de este thriller abraza a las anteriores versiones conviertiéndose así en una especie de homenaje, dando lugar a nuevas posibilidades de personajes e historias.