Crítica de “No odiarás”

¿Es posible perdonar lo imperdonable?

El jueves 27 de octubre llega a los cines de Argentina “No odiarás”. El film es el primer largometraje del director italiano Mauro Mancini, luego de debutar en cine con “Feisbum” (2009), donde escribe y dirige dos, de los ocho episodios, que desarrollan las aventuras de diversos personajes influenciados por el fenómeno de las redes sociales.

Un coche que viaja a toda velocidad no se detiene en un cruce y embiste de lleno  a otro vehículo que transitaba por allí. Simone Segre (Alessandro Gassman) un cirujano que, en ese preciso instante, navegaba con su kayak en un río de la zona escucha el terrible impacto entre los dos autos y de inmediato corre hacia al lugar del accidente. El coche que provocó el siniestro ha huido y allí solo permanece el auto destrozado de un hombre con graves heridas y con riesgo de morir.

Es entonces, que Simone se apura para socorrerlo. Sin embargo, al momento de realizar un torniquete para detener la hemorragia, descubre debajo de la camisa del malherido varios tatuajes de simbologia nazi que lo paralizan. Él, un judío que trae a cuestas un pasado complicado y una compleja relación con su padre, quién se desempeñó como dentista durante el holocausto para salvar su vida, finalmente no hará nada para rescatar a ese hombre.

En este sentido, el protagonista abrumado por la culpa, inicia una investigación personal sobre la identidad de aquel hombre que dejó morir. Allí, descubre que tres hermanos, Marica (Sara Serraiocco) de 27 años, Marcello (Luca Zunic) de 17 y Paolo (Lorenzo Buonora) de 9 se han quedado solos, lidiando con sus propios problemas, pero además como si fuera poco, con cuentas pendientes que ha dejado su padre y que ahora ellos deberán resolver.

Simone, que a pesar de luchar con el pasado por el difícil vínculo que mantuvo con su padre parece tener todo resuelto en su presente profesional, decide ayudar a los hermanos contratando a Marica como empleada doméstica. Situación que llevará ambos a construir una relación de entendimiento y contención. De este modo, la culpa y el perdón surgen como eje central de esta interesante película que busca sacar a la luz las contradicciones humanas.

Una historia fascinante, donde los diálogos entre los personajes fluyen con total realismo y se hacen fuertes, tanto por lo que se dicen cómo por aquéllas palabras que prefieren no expresar, pero que igual se exponen entre gestos y miradas. De un esquisto trabajo fotográfico, con planos cenitales en exteriores que aparecen en los momentos exactos para mostrar la pequeñez de los individuos, pero también como una mirada omnipresente que observa todo desde el cielo.

Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación

El hijo de un sobreviviente del Holocausto, que trabaja como cirujano, duda al momento de ayudar a una víctima de un accidente de transito a quien le descubre un tatuaje del símbolo nazi.

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