El próximo jueves 23 de marzo tendrá su estreno en el Cine Gaumont, “Cuando ya no esté”, una película escrita y dirigida por Martín Viaggio, protagonizada por Gustavo Garzón y Noemí Frenkel. Un rodaje realizado, en plena pandemia, en diversas locaciones de la provincia de Mendoza, como Godoy Cruz, Las Heras y Ciudad de Mendoza.
Arturo (Garzón), es un importante ingeniero de 65 años, sereno y de pocas palabras, que lleva una vida tranquila y rutinaria junto a su esposa (Frenkel). Luego de su jornada laboral ambos cenan juntos en una pequeña mesa de una casa de grandes espacios, dialogan sobre el día vivido y miran la tele desde el sillón hasta la hora de ir a la cama. Sin embargo, Arturo hace unos días que se acuesta, pero no duerme. Acaban de diagnosticarle una enfermedad incurable y le quedan pocos meses de vida.
En este sentido, toma la decisión de ocultar la terrible noticia a su esposa e iniciar solo, un camino de búsqueda hacia una posible sanación. Esos días lo llevarán a entender la importancia de los vínculos familiares, tanto con su esposa como con su hijo al que no ve luego de una fuerte discusión hace varios años. En consecuencia, la personalidad fría y distante que lleva consigo será transformada para convertirse en una persona afable y altruista. Intentando transitar cada instante como si fuese el último, buscando ser feliz y abandonando rencores.
Lo maravilloso de esta historia, es que esta narrada de forma original, con respecto a otros relatos que se sumergen en una enfermedad terminal. Destacando los silencios y los espacios, mediante una cámara que acompaña al protagonista en todo momento, que se acerca en su soledad y se aleja cuando este se siente rodeado de seres queridos.
En una interpretación sublime de Garzón que a través de pequeños movimientos, con sus manos, gestos y miradas expresa casi sin pronunciar palabra el interior de un personaje, manifestando aquello que siente y necesita. Acompañado por una banda sonora que cala hondo en el espectador, para llenar de sentimiento y emoción cada una de las escenas de un relato sensible y conmovedor, que no insta jamás en caer en golpes bajos.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Arturo (Garzón), es un importante ingeniero de 65 años, sereno y de pocas palabras, que lleva una vida tranquila y rutinaria junto a su esposa (Frenkel). Luego de su jornada laboral ambos cenan juntos en una pequeña mesa de una casa de grandes espacios, dialogan sobre el día vivido y miran la tele desde el sillón hasta la hora de ir a la cama. Sin embargo, Arturo hace unos días que se acuesta, pero no duerme. Acaban de diagnosticarle una enfermedad incurable y le quedan pocos meses de vida.