“Berta y Pablo” de Matías Szulanski, crítica.

“Amar es más bien una oportunidad, un motivo sublime para madurar”. Así se define el amor en esta obra. Que centra sus compases finales en la búsqueda de un amor, de una relación, que ya no existe, y que sin embargo, dejó una huella tan grande que hasta una persona lo puede rastrear y revivir años más tarde.

“Berta y Pablo” nos presenta a Carolina. Una joven que viaja de Montevideo a Buenos Aires para visitar la casa de su abuela recientemente fallecida, Berta. Una vez allí, husmeando entre sus pertenencias encuentra una serie de libros con los que, aparentemente, mantenía correspondencia con un tal Pablo. Y Al ver que su abuela parecía muy unida a este hombre, decide investigar un poco más la relación.

A su vez, la protagonista está pasando por un muy mal momento en su relación con su novio. Al punto de que decidió hacer este viaje en un intento de poner un poco de tierra de por medio y reflexionar sobre lo que ella quiere. Pero parece que su descubrimiento sobre la pasada relación de su abuela, y el incondicional amor que se expresa en las dedicatorias de los libros (medio en el cual se enviaban cartas) le genera un cambio de actitud con respecto a su propia situación.

Todo amor deja marcas, ya sean físicas o abstractas, rastreables o personales. Y toda marca genera o impacta en quien la recibe. En la obra el espectador entiende, a través de lo que descubre su protagonista, que los grandes amores nunca se olvidan, ni siquiera para aquellos que no fueron parte.

La película, producida por Bernardo y Matías Szulanski, está escrita por este y Jenni Merla y cuenta con las interpretaciones de Ana Skornik, Inés Urdinez, Camila Buch, Paulo Pécora, Valentina D’Emilio. Para la musicalización se cuenta con las canciones originales de Matías Szulanski y la banda sonora a cargo de Carlos Páez.

A manera de conclusión. “Berta y Pablo” es una obra que en sus escasos 61 minutos logra plasmar muy bien la búsqueda de su protagonista, el mensaje del autor y al mismo tiempo, una Ciudad de Buenos Aires sumamente convulsionada. La película de Szulanski es una producción simplemente correcta, que encuentra valor en su sencillez y su reflexión.