Adaptación de la obra literaria de Donna Tartt con el mismo nombre, la película pone en foco en Theo (Oakes Fegley y luego Ansel Elgort), quien trás la muerte de su madre en un atentado terrorista cuando tiene 13 años le provocará heridas internas que luchará por cerrar. Su padre ausente, Theo es enviado a vivir temporalmente con la familia de clase alta perteneciente a un amigo de la escuela y se acerca a la matriarca Samantha (Nicole Kidman), una mujer fría que se une con él por su amor mutuo por el arte. Cuando su padre Larry (Luke Wilson) reaparece, Theo es enviado a vivir con él y su novia indiferente Xandra (Sarah Paulson). A partir de ahí comienza un viaje de tutor a tutor y de lugar en lugar mientras Theo lucha por descubrir a quién es y donde pertenece, dividido entre una acogedora pero problemática familia adinerada y el dueño de una tienda de antigüedades (Jeffrey Wright).
Un poco tediosa en el principio cuando nos muestra la relación del joven con su nueva familia, a pesar de la atractiva relación que mantiene con Samantha (Nicole Kidman, siempre fina y misteriosa). Se pone interesante y cobra dinamismo cuando indaga en los conflictos internos de Theo (la culpa por la muerte de su madre), sobre todo cuando se va a vivir a Las Vegas con su padre alcohólico y su pareja (Interpretados por Luke Wilson y la genial Sarah Paulson). En medio del desierto estadounidense conoce a Boris (Finn Wolfhard) un amigo que lo marcará para siempre. Pero final se vuelve un thriller previsible, plagada de situaciones fortuitas que parecen puestas para cerrar la película a las apuradas y que no se extienda más, de su ya larga duración. Lo mejor? La actuación de Ansel Elgort (Baby Driver) y Oakis Feagley interpretando a Theo adulto y niño, respectivamente.