Belén Blanco encarna el asfixiante estado compulsivo.Crítica de La Deuda

El filme argentino “La Deuda” logró el clima agobiante de una mujer en insistente situación donde la fuerza personal sigue el paso a paso gobernado por el impulso obsesivo. La recreación del trastorno psíquico en todo su espectro y contexto. Es destacable el guion que atraviesa escenas cotidianas de una vida llena de formas que dominan y subordinan todo el entorno asimismo a ella misma. Por. Florencia Fico.

El argumento de la película es sobre Mónica (Belén Blanco) quien no abonó una transferencia de plata a un cliente de su trabajo. La suma es de dinero es de 15 mil pesos la implican a ella y a otro compañero del mismo lugar, él halla la diferencia en los balances.

Antes pasó una situación similar aunque el amigo con bronca, no lo comenta con nadie y decide confiar otra vez en ella: Mónica afirma reintegrar la cantidad de dinero al amanecer del otro día.

La dirección de Gustavo Fontán pone en foco a Mónica como eje central los estados de ánimo de la protagonista en la piel de Belén Blanco impresos en el filme.

Blanco es una intérprete explosiva quien amalgama diferentes sensaciones: decaimiento, traición, enfado, desesperación, desapego emocional( falta de sentimiento),  transpiración, falta de aliento entusiasmo, desorientación y despiste son los dardos que siembra Fontán como retrato expresionista. Una pincelada de lo que fue su corto Canto de Cisne y su trayectoria como documentalista. 

La emoción bajo el comando de la acción. El color que sale del interior al exterior sin ver las consecuencias.

El guion de Gustavo Fontán y Gloria Peirano le da el marco contenedor de toda la impaciencia de Mónica. Su familia en especial su hermana está casada y su marido comenta que están echando a 28 empleados; y se pone en riesgo el trabajo de Mónica. Un guiño del director a su adhesión a la solicitada ante los despidos de 20 personas en marzo de 2016 en la Biblioteca Nacional. Ese sentido de vacío íntimo y económico persigue toda la película.

El género que predomina en todo el filme es el drama bajo la amenaza de violencia de género ejercida a Mónica ;y la de ella cuando manipula a todos los de su alrededor para conseguir dinero. Es un ida y vuelta de distintas tensiones el abuso a ella y su persuasión para que le den lo que necesita. En la repetición se su forma de pedido de auxilio personal respecto a su alteración de salud.

“La suerte viene enredada”, no es slogan es el entramado que muestra el debilitador social más grande en la sociedad la especulación e incertidumbre financiera.

Ella es una compradora compulsiva, ludópata y fumadora estas dificultades la confunden y se mezclan en su vida que por diversos motivos es cada instante más confusa. También es asmática lo que genera un punto de angustia superior cuando contradictoriamente aspira el tabaco un ataque incontrolable a su salubridad.

Hay escenas con gran atractivo en las locaciones en las zonas de Avellaneda y San Telmo.

Además un impacto visual con actos de exposición sexual en la que el actor Marcelo Subiotto en su papel se brinda al deseo propio sin tapujos en manos de Mónica una escena que sube el volumen sin barreras en la película.

La fotografía de Diego Poleri continúa la línea sombría de la trama con tomas en planos cerrados u estáticos para canalizar el estancamiento sentimental de Mónica y transiciones para dar el efecto inquietud que la mueve a la protagonista. Una composición con una colorimetría opaca muy amarga.

En el principio de la película hay una escena en toma general en la que ella entra a un local de ropa con un tapado negro y un vestido azul. La cámara toma en detalle una prenda que Mónica escoge del mismo color; como fundido deja en evidencia que la robó; sin que la encargada se diera cuenta. Aunque ella pagó otra para no dejar sospechas.

En una conversación de Mónica está la participación especial de Leonor Manso un diálogo imperdible para hallar el resultado de las ambiciones compartidas.

Tanto Belén como Leonor, son la misma cara de un tragamonedas, el mercado del juego en el que nadie sabe si gana. Y nadan sobre espejismos de: ¿fortuna o fantasía?, ambos son fantasmas delirantes de bonanza.Las dos representan a dos apostadoras del azar, sus personajes lo dieron todo en cuerpo y alma.

La actriz Belén Blanco expone su capacidad para ser víctima o culpable de forma expectacular.

El reparto estuvo compuesto por: Belén Blanco, Marcelo Subiotto, Leonor Manso, Edgardo Castro, Walter Jakob, Andrea Garrote y Pablo Seijo.

La cinta cinematográfica es una coproducción Argentina – España, Lita Stantic y El Deseo.

Puntaje:90.

Florencia Fico

Licenciada en Periodismo. Especializada en rubros como: cultura, televisión, científico e investigación. Asistente de Cátedra en Arte y Estética UNDAV. Miembro del Club de Graduados. Redactora en Revista Combativas.

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