La segunda temporada de “Luis Miguel, la serie” ha dejado sabor a poco. Se presentaron más de un antagonista y hasta por momentos se ubicó al “Sol de México” como el mismísimo villano. No obstante, la vida de esta celebridad siempre es interesante de descubrir no sólo para sus fanáticas, por eso, bien vale la pena prenderse a los ocho capítulos por la pantalla de Netflix, y si ya los viste, cruzá los dedos para que la tercera temporada ya confirmada, se pueda ver pronto y concluya todos los espacios vacíos que ha dejado la parte 2.
La vida de una celebridad siempre trae curiosidad no sólo a sus fanáticos sino a los que no. Ese velo que se va corriendo deja aspectos ocultos que, de a poco, salen a la luz cambiados un poco o no pero conservando su esencia. También, cuando se establece un ritmo de cómo contarlo ya que tiene que atraer al espectador y, desde el principio, llamar la atención con dos figuras que sobresalen, el héroe y su antagonista o más de uno tal vez. Pero, ¿puede pasar que luego se pierda todo ese universo y quede algo vacío y sin continuidad? Sí, y hay un ejemplo más que claro: La segunda temporada de “Luis Miguel: la serie” retoma a Diego Boneta en el papel del protagonista y se caracteriza por contar dos líneas temporales ubicadas al comienzo de los ’90 y otra desde mitad del 2.000 hasta pronunciado el año 2.007, lidiando entre conflictos familiares y los de la carrera de “El sol” de México.
Más no siempre es mejor
El guion de esta temporada tiene varios problemas que terminan opacando esa tanda de capítulos caracterizada por mostrar dos líneas temporales a la vez: los ’90 y los 2000; pero por momentos parece girar en sí mismo y hasta el último momento pareciera que se van a unir, pero ello no pasa en ningún punto. Si bien ambas comparten personajes, bien podría tratarse de dos series completamente distintas. Además, tiene la característica de promover situaciones donde pareciera que Luis Miguel sería el verdadero villano, pero a la escena siguiente lo redime; también, unido a esto, esta segunda parte no presenta un verdadero único antagonista como sí ocurrió en la temporada anterior. Entonces, todos los “villanos” propuestos quedan atrás y ninguno sobresale por sobre el resto. También el recurso de mostrar más de un final: pudieron verse hasta cinco distintos sin un encadenamiento entre ellos.
El rol de los personajes
Unido al guion, la falla de las diferentes historias está a la vista: la introducción de nuevos personajes en las dos líneas argumentales (sólo dos se repiten en ambas) deja en claro cómo quedan desdibujados por la cantidad de sub-tramas que no termina de llegar a ningún lugar. Al haber este movimiento durante toda la temporada, muchos quedan a mitad de camino o el no saber qué hacer o donde ubicar a algún actor. Algo muy notorio, fue cómo las reacciones no tenían un trasfondo, eran muy espontáneas casi en capricho sin una base notoria en el estudio del personaje. Otro problema, y tal vez el más importante, es que al haber historias en paralelo, se perdió la atención en cosas que habían quedado de la primera temporada y se desdibujo entre todas las nuevas situaciones, restándole importancia a lo que, por ejemplo, podría haber sido un final más emotivo, sacándole la verdadera emoción.
No culpes a la música ¿o sí?
Siendo una serie que si bien cuenta la vida oculta de una celebridad, lo principal junto a esto es la música; las canciones que hicieron grande al artista y que generaron expectativa antes y durante el estreno de los episodios, pero lo que tenía de interesante la primera parte es que se usaban para los finales o momentos claves uniendo la historia y provocando más emoción y un mejor cierre. En cambio, esta vez, las canciones elegidas estaban entre medio y el final (en especial de algunos capítulos), era con un tema que no coincidía o que simplemente no era de Luis Miguel; salvo en dos capítulos fueron cierre pero usando el mismo recurso al final.
Nuestra conclusión…
En conclusión, la segunda parte de “Luis Miguel: la serie” deja sabor a poco. Salvo los dos primeros capítulos, la temporada fue decayendo teniendo relleno de tramas y las historias en paralelo que en ningún momento se unen, ni los personajes nuevos no terminaron de convencer. La música, que es un factor más que importante, quedó desdibujada como algo más, pero no como fue en la primera parte; y el antagonista, que en la primera estaba muy bien reconocido, en esta segunda al haber tantos nunca hubo alguno que fuera el pregnante.
¿Será que la tercera parte responderá las dudas que dejo la anterior o sólo profundizará la caída?
Luis Miguel: La serie. Temporada 2
Actuación
Dirección
Guion
Musica
Una segunda temporada que pone en juego dos líneas temporales pero que ninguna llega a atraer totalmente e introduce personajes nuevos que tampoco tienen demasiada relevancia.