“Piaf”. Crítica.

Elena Roger vuelve a ponerse en la piel de Édith Piaf.

Varios años pasaron ya desde que Elena Roger pisó por primera vez los escenarios del West End de Londres poniéndose en la piel de Édith Piaf, tal fue el éxito y el recibimiento que obtuvo que logró ganar el premio Laurence Olivier a la Mejor Actriz de Musical en el 2009, el galardón más prestigioso del teatro británico. Tiempo después llegó a Buenos Aires y repitió el mismo éxito obtenido en Europa.

Este 2022, en el marco de la reapertura y renovación del Teatro Liceo, el más antiguo de la ciudad de Buenos Aires, que está cumpliendo nada más y nada menos que 150 años de historia, Elena Roger vuelve a poner en escena uno de los personajes más importantes de su carrera y del que pareciera haber nacido para interpretar. En los afiches de la puerta puede verse una frase que hace unos años escribió el diario The Guardian “la reencarnación de Piaf”, nada más acertado que eso.

 

El musical, creado por Pam Gems, muestra la vida de Édith Piaf desde antes de ser descubierta en las calles de París, sumida en la pobreza, hasta sus momentos finales luego de una vida de excesos. Su música, su irreverencia, su lado oscuro, sus hombres, sus amigas, todo lo que fue esta inigualable artista está plasmado en escena de forma extraordinaria. Con producción de Adrián Suar y Preludio, la versión argentina es una reposición de la obra original, manteniendo lo marcado por su director original Jamie Lloyd, siendo Edgardo Millán quien ocupa este rol para la puesta en escena local.

Elena Roger es alguien fuera de este mundo, casi no hay palabras para describir la interpretación visceral que esta artista brinda, un trabajo vocal que impacta tanto como el trayecto corporal que atraviesa el personaje. La fuerza que irradia en cada momento mantiene al espectador con piel de gallina durante las casi dos horas de espectáculo, tiempo en el que prácticamente no abandona el escenario. Ver en escena a Elena es de esos momentos inigualables que todo el mundo debería poder experimentar al menos una vez en su vida.

Pero la Roger no está sola, la acompaña un elenco plagado de nombres muy conocidos, entre los que se destacan una enorme Julia Calvo, interpretando a Toine la amiga de toda la vida de Piaf, quien brinda una performance grandiosa. Iván Espeche, Diego Jaraz, Nacho Pérez Cortés, Rodrigo Pedreira, Ángel Hernández y Federico Llambí, encarnando a los hombres en la vida de la cantante como también varios otros personajes. Por último, Natalia Cociuffo añade mucha presencia escénica interpretando, entre varios papeles, a la actriz Marlene Dietrich. Cierran el elenco, Romina Groppo, Martín Andrada y Gustavo Guzmán.

La iluminación del espectáculo, diseñada originalmente por Neil Austin, es tan protagonista como el elenco mismo. La puesta, muchas veces cinematográfica, juega un rol importantísimo siendo en varios momentos la encargada de crear los diferentes ambientes en los que se desarrolla la historia, un espectáculo visual pocas veces visto.

Ver “Piaf” es una experiencia única, un musical incomparable a manos de una artista incomparable. Decir que es excelente es quedarse corto, simplemente hay que verla, disfrutarla, dejarse llevar y salir con ese sentimiento de haber visto algo inolvidable.

Calificación

Actuación
Dirección
Música
Iluminación
Escenografía y Vestuario

Ver “Piaf” es una experiencia única, un musical incomparable a manos de una artista incomparable.

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