La nueva apuesta en la sociedad entre la BBC británica y HBO es Industry, una miniserie de ocho episodios de casi una hora cada uno. No es una simple serie acerca de los excesos y miserias del capitalismo salvaje y la “timba” financiera, sino sobre las nuevas relaciones laborales en ese ámbito y el universo íntimo de los personajes.
De la mano de Mickey Down y Konrad Kay, la miniserie nos introducen en las oficinas de Pierpoint & Co., uno de los bancos londinenses más prestigiosos de Londres. Ahí llegan un grupo de jóvenes inexpertos graduados en el área de finanzas que se encuentran compitiendo por puestos indefinidos; mientras sus jefes les acogen en sus equipos sabiendo que algún día puede que les sustituyan.
La serie tiene como protagonista a Harper (Myha’la Herrold), una veinteañera que ingresa en ese programa de formación y selección. El reparto principal se completa con Marisa Abela, Harry Lawtey, David Jonsson y Nabhaan Rizwan, como los jóvenes con ambiciones, y Conor MacNeill, Freya Mavor, Will Tudor y Ken Leung como sus managers.
La actriz Lena Dunham (creadora y protagonista de “Girls”) dirige el primer capítulo, introduciéndonos de lleno en cada personaje y en cómo se manejarán con el correr de la serie, sin la necesidad de profundizar porque maneja muy bien el ritmo que requiere el guion. Al respecto, Dunham le dedica bastante tiempo a cada unos de ellos, incluyendo desde encuentros sexuales (en todas las variantes y ámbitos imaginables), consumo de drogas (de pastillas a cocaína) y angustias y presiones que se acumulan, hasta exponer cómo funciona en detalle el sistema financiero, además de las consecuencias que puedan conllevar.
Por lo anterior, el trabajo de estos personajes (interpretados por actores debutantes) es notable. Empero, lo más flojo que se puede notar es el uso de escenas que no encajan o no sirven para las situaciones dadas porque ya fueron tratadas; o el uso de flashbacks innecesarios. Pero el resto funciona correctamente.
Industry no es una simple serie acerca de los excesos y miserias del capitalismo salvaje y la “timba” financiera, sino sobre las nuevas relaciones laborales (y de poder) en ese ámbito y el universo íntimo que se explora en esos personajes; porque al final del día ellos viven tratando de desturcarse de manera personal.
Este capítulo piloto no tiene la función de criticar ese mundo, sólo contarlo a través de estos personajes con quien cualquiera puede sentir empatía sin importar que el resto del capítulo deje una sensación cómica, agridulce y hasta incómoda.
Calificación
Dirección
Guion
Montaje
Arte y Fotografía
Actuación
Este capítulo piloto brilla más que nada por su realización y sus buen elenco acompañado de un buen guion audaz. Por momentos se apaga, pero el ritmo manejado llega a buen puerto.