“Las preñadas” es una coproducción argentino-brasilera que llega con la actuación de Ailin Salas y Marina Merlino. Entrevistamos a su realizador, Pedro Wallace, quien nos cuenta cuánto influyó su historia familiar y laboral en la idea de la película y mucho más.
-¿Cómo nació el germen de la película?
-Se remonta un poco a mi historia familiar. Yo he transitado diferentes provincias durante mi infancia y en un determinado momento recalamos en una localidad pequeña que se llama Coronel Olleros, ubicada en el sur de la provincia de Salta y a 10 kilómetros, en un pueblo conocido como Joaquín V. González, en el año 1983. Ya con 7 u 8 años vi muy en primer plano lo que se presenta en la película: la falta de recursos, la ausencia del Estado, la pobreza… A esa edad, ya tenía cierta conciencia social. Después siempre estuve ligado a este tipo de cosas.
Por cuestiones de la vida terminé viviendo en Córdoba, trabajando con un grupo de mujeres adolescentes que no iban a la escuela. Un día, en el año 2009, sale una noticia en el diario Clarín de que una pareja de Joaquín V. González, Salta, iba a parir y en el hospital le dicen que el embarazo no está a término y ella hace todo un recorrido de 15 kilómetros con su pareja y termina pariendo en la calle.
Con 7 u 8 años vi muy en primer plano lo que se presenta en la película: la falta de recursos, la ausencia del Estado, la pobreza… A esa edad, ya tenía cierta conciencia social”.
-Terrible. Uno desde Buenos Aires hay cosas que nos parecen increíbles y que en el interior suceden. Estas cosas no se visibilizan mucho…
-Sí, es así no es tan común. Igual, supongo que es una historia que podría funcionar también desde el conurbano bonaerense, porque hay lugares de Buenos Aires que quedan lejísimos y ese recorrido de asistencia médica y que te vayan rebotando de un hospital a otro no es ajeno.
-Sí es cierto. A lo mejor, un poco menos, pero sucede…
-Mucho menos, a lo mejor, por lo agreste y lo virulento que puede ser esto de ir caminando mucho y con pocos recursos, pero suceden estas cosas. A partir de esto es cómo surgió la idea de la película; entre mi trabajo con adolescentes, más mi historia familiar y sumada a la noticia que salió publicada en Clarín, dije: “Me encantaría contar esta historia que no se ve”. Y no quise hacer un drama en donde, como realizador, yo pusiera el foco solamente en esta cuestión casi pornográfica de la pobreza y regodearme en eso, sino también hacer una película de género, de suspenso, que estés ahí tenso por no saber lo que va a pasar con ellas y con sus hijos. Esto es un poco cómo se planteó la idea de esta película.
Entre mi trabajo con adolescentes, más mi historia familiar y sumada a la noticia que salió publicada en Clarín, dije: ‘Me encantaría contar esta historia que no se ve’”.
-¿Cómo surgió el casting de la película y en dónde se filmó?
-La película se filmó en Misiones por una cuestión de la coproducción de Argentina y Brasil. El Estado de Paraná en Brasil, pegado a la provincia misionera, nos dio fondos para el film entonces ya sabíamos que la idea era hacerla en la frontera. Terminamos filmando en un pueblo muy chiquito que se llama San Antonio, perdido ahí en el límite con Brasil, que enfrente tiene una ciudad brasilera que se llama Santo Antonio. Eso llevo a tener que hacer algunas pequeñas modificaciones en el guion para lograr que la historia pase de un lugar a otro.
Asimismo, por una cuestión de la coproducción es que el elenco termina siendo Ailin Salas, la actriz argentina que en realidad nació en Brasil. Ella ya estaba sumada al proyecto desde muchísimo tiempo, ya que éste tardó 8 años en concretarse. En tanto, Marina Merlino surgió de un casting que duró mucho tiempo. Vimos muchas actrices de allá que dieran con el físico y el rol, y en un determinado momento les pedí un monólogo basado un poco en el guion, y Marina apareció con un texto que está en la película que nos volvió locos a todos y dije: “Esta es Carmela”. Luego le pedí si no lo actuaba en el film y fue así que finalmente quedó para el personaje.
-Me encantó.
-El monólogo que ella hace tiene una gran sensibilidad y le da todo un vuelo a su personaje. Además del lugar, que ayuda mucho, el contexto en que pudimos hacer la película fue muy hermoso. 
-¿Querés compartir alguna anécdota del rodaje?
-Cuando llegamos al lugar, la gente que sabía de la historia o a la que se la contábamos nos decían: “Esta historia ustedes la escribieron pensando en San Antonio. Estas cosas pasan acá todo el tiempo, desde siempre”. Este guion lo escribí en 2013, después se fue modificando pero mira con qué elementos ellos se sentían identificados y tan actuales aún hoy. La película se filmó en 2021 a casi diez años de escribirse, y estas personas decían que la historia estaba completamente inspirada en ese lugar, y nosotros les decíamos que no.
Y después, por supuesto, el enorme calor que hacía. Filmamos la película en diciembre, con 47°C de temperatura. La gente anda con paraguas en la calle, es algo que nos llamó mucho la atención. Lo que pasa es que el calor directamente te achicharra, pero igual ayudó a la peli a darle toda una fuerza esta cosa de las elevadas temperaturas en la zona.
-¿Dónde se va a poder ver la película?
-La película se va a poder ver desde el jueves 9 de febrero en el Cine Gaumont. Hay funciones a las 12, 18 y 22 horas. Y ese mismo día, como la película entró en un programa del INCAA que se llama “Jueves estreno”, se podrá ver por CINE.AR TV. Y desde el 10 de febrero se podrá ver gratis en la plataforma CINE.AR. En la página del INCAA está disponible toda la información de dónde verla.
Nota editada por Andrea Reyes
