Crítica de “La larga vida de los recuerdos”

El próximo jueves 15 de junio tendrá su estreno comercial en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA), “La larga vida de los recuerdos”. Dirigida por  Alberto Masliah y Mariana Russo y protagonizada por Ricardo Merkin, Agustín Vásquez Corvalán, Victoria Raposso, Ariadna Asturzzi, Estela Garelli, Livia Fernán, Santiago Magariños, Julia Amore y Daniel Lambertini.

El film aborda diversas historias de hombres y mujeres que no se conocen y en apariencia parecen no tener nada en común: un anciano que viaja al lugar que lo vio crecer y lo transformó en adulto. Una madre que se reencuentra con su hijo después de varios años. Un fotógrafo y un amor no correspondido. Y el vínculo entre dos mujeres que aman a un mismo hombre.

Sin embargo, con el correr de los minutos, por razón de un refinado montaje, saltando de una historia a la otra, el relato buscará sumergirse en un abanico de temas con los que el ser humano debe convivir de forma habitual, cuestiones complejas como la soledad, las relaciones quebrantadas, el amor, la muerte y la vida, uniendo a los protagonistas a pesar de no relacionarse.

En este sentido, mediante un excelente trabajo de los realizadores en el manejo del ritmo, sin apresurarse pero sin detenerse, se irá desarrollando a cada uno de los personajes de manera pausada, bajo una atmosfera fluida, acelerando de a poco, aflorando sus conflictos personales y acrecentando la presión con la que estos cargan, otorgándoles su espacio para que el espectador pueda comprenderlos.

En definitiva, una historia de personajes en busca de una segunda oportunidad, que intentan tomar un nuevo rumbo en sus vidas y redimirse, llevando consigo el recuerdo de las experiencias vividas, ese pasado emotivo que se guarda en la memoria y que hacen de ellos lo que ahora son.