Emma (Julia Martínez Rubio) es una mujer tetrapléjica que ha contratado un procedimiento médico, totalmente inusual hasta el momento, que ofrece como resultado el retorno de la movilidad a todo su cuerpo, pero además con ese tratamiento podrá escoger según su agrado nuevas destrezas y habilidades.
En este sentido, Emma es acompañada en un auto de lujo hasta una inmensa y suntuosa clínica de estilo futurista, donde será internada por unas semanas para recibir el innovador método terapéutico. En la clínica solo trabajan tres personas, el Doctor Wuntz (Fabián Arenillas) y sus dos asistentes: su hija Ariadna (Luciana Grasso) y su discípulo Larsen (Santiago Pedrero).
A continuación, Emma es entregada por completo a las manos del Doctor y su equipo médico, luego de sellar su firma sobre el consentimiento informado. En tanto, se pone en marcha lo que será un experimento radical, donde su cabeza es separada del resto de su físico para iniciar así, la creación del nuevo cuerpo biónico. No obstante, la ambición del Doctor Wuntz por ir más allá de lo establecido podría traer graves consecuencias.
El film que es una adaptación de la obra teatral del actor y dramaturgo argentino William Prociuk, se desarrolla en un solo escenario, en el que cuatro personajes totalmente aislados de la sociedad conviven en una fría y por momentos claustrofóbica clínica. Un relato que se mueve entre el thriller psicológico y el género de ciencia ficción, muy poco utilizado en nuestro país, pero que Perillo maneja a la perfección, logrando atrapar desde el inicio al espectador para no soltarlo hasta el sorpresivo final.
En consecuencia, “Biónica” es una historia que arroja sobre la mesa un tema de gran actualidad como la inteligencia artificial y los límites que hay entre las máquinas y lo humano. Poniendo el foco también, en el valor de la libertad física y mental frente a la codicia del creador y su obra. Mediante una narración de ritmo equilibrado, que consigue ser cautivante y perturbadora a la vez, mientras aumenta gradualmente la tensión.
Con brillantes interpretaciones, desde Martínez Rubio en la compleja tarea de meterse en la piel de Emma, hasta el enigmático Doctor Wuntz a cargo de Arenillas y el papel de sus asistentes Ariadna y Larsen ejecutados a la perfección por Grasso y Pedrero, quienes no necesitan verbalizar sus sentimientos, exponiéndose con gestos que lo dicen todo. Además de una notable puesta en escena que juega con la libertad del paisaje exterior e imágenes de un escenario interior de encierro, en una especie de laberinto futurista.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Emma (Julia Martínez Rubio) es una mujer tetrapléjica que ha contratado un procedimiento médico, totalmente inusual hasta el momento, que ofrece como resultado el retorno de la movilidad a todo su cuerpo, pero además con ese tratamiento podrá escoger según su agrado nuevas destrezas y habilidades.