“66 preguntas a la Luna” de Jacqueline Lentzou. Crítica.

Mañana llega a los cines “66 preguntas a la Luna”, el primer largometraje de ficción de la directora Jacqueline Lentzou. El film, co-producción entre Grecia y Francia, fue parte de la sección “Encouters” del Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale) 2021 y está protagonizado por Sofía Kokkali y Lazaros Georgakopoulos. Un trabajo que se enfoca en la reconstrucción del vínculo padre e hija que, por diferentes motivos, no logró gestarse.

Artemis (Sofía Kokkali) vuelve a Atenas después de mucho tiempo de estar alejada de su padre, Paris (Lazaros Georgakopoulos), para poder ocuparse de él ya que sufre de esclerosis múltiple y no puede valerse por sí solo. Sí bien otros familiares están al corriente de la situación de Paris, estos únicamente limitan su ayuda a entrevistar a cuidadoras y a dar indicaciones. El vínculo de ambos es casi inexistente, son solo personas unidas por un lazo sanguíneo, pero la relación de amor y protección no existe. Esta nueva realidad los hará acercarse y comprenderse poco a poco.

Narrada con un ritmo lento y en ocasiones impreciso, al igual que lo son los movimientos de Paris. La historia se cuenta desde los ojos de Artemis, quien busca no solo respuestas sino también entender el presente, como así sanar varias heridas. Para cimentar esa búsqueda, la realizadora entremezcla lo esotérico, pero únicamente como forma de guía interna de la protagonista y, a su vez, para marcar el camino de las escenas. Un recurso muy interesante que se aleja de lo convencionalmente explícito.

El film plantea un juego de fragilidades, Paris aquel hombre que supo ser una persona ágil y vivaz y que ahora depende de otros para hacer tareas cotidianas y Artemis una joven que lidia con muchas situaciones que marcaron su crecimiento. Ambos protagonistas entregan interpretaciones poderosas, por un lado Lazaros Georgakopoulos con un trabajo físico excepcional y por otro Sofía Kokkali que presenta un personaje con varios contrastes en ocasiones aniñado y en otros maduro, serenidad e ira. Sin dudas, ambos son el punto más alto de la película.

“66 preguntas a la Luna” es un film potente y a su vez reservado, una mirada interesante de la directora. Muy buena.