“Estrella roja” de Sofía Bordenave. Crítica.

Integrando la Competencia Argentina de largometraje, se encuentra “Estrella Roja” de Sofía Bordenave. El primer documental en solitario de la directora, el cual propone una dialéctica donde el color rojo recorre todo, desde el planeta Marte al centenario de la revolución rusa. La celebración de este evento histórico se relegó únicamente a espacios institucionales y museos, dejando las calles vacías. Por suerte Sofía estaba allí con una cámara para retratarlo.

Sirviéndose únicamente de testimonios, como los de Katya quien vivió una porción de aquellos años revolucionarios, Bordenave se propone desempolvar los recuerdos. Indagando además por las venas de viejos edificios, únicos sobrevivientes que se sostienen en pie, de una Rusia que ya no existe. Pero cuyos ecos aún se escuchan en el presente, como una fantasma que se niega a abandonar su casa.  

Las calles vacías, las celebraciones que terminan temprano o el poco revuelo generado por el estado, son imágenes que resultan importantes para nosotros. Aquí los grandes aniversarios se celebran con pomposos eventos que convocan gente hasta rebalsar. Por su parte, los abandonados edificios parecieran ser un reflejo de las calles, vacíos, abandonados. La historia se relega a espacios habitados por eruditos o por quien se movilice hasta allí. Ocultándola, casi con vergüenza, negando todos los años en que Rusia se vestía de rojo. 

Sofía Bordenave consigue contar la historia de una revolución sin recurrir al siempre suculento material de archivo y eso ya es una logro. Además. “Estrella roja” tiene esa intangible característica que tienen ciertos documentales, de estar en el tiempo y lugar justo en que suceden las cosas. Consiguiendo plasmar un aniversario consagratorio de manera única e original.