El próximo jueves 13 de octubre llega a la cartelera argentina “Ruido”, una película tan real y estremecedora como necesaria. Dirigida por la talentosa cineasta mexicana Natalia Beristáin (“No quiero dormir sola”, “Los adioses”) y protagonizada por los reconocidos actores Julieta Egurrola y Arturo Beristáin, madre y padre de la realizadora.
“La víctima no necesita ser buena y pura para ser comprendida como víctima, solo necesita ser persona”. Rita Segato
El film se inicia con el primer plano de una mujer, de unos sesenta años, que por momentos es tapada por un humo violeta que luego se aleja para dejarla sola frente a cámara. Su rostro refleja cansancio, dolor y tristeza, pero a la vez, su mirada irradia la fuerza interior de una persona que luchará hasta las últimas consecuencias en busca de justicia. Ella es Julia y busca a su hija, quién desapareció en México durante unas vacaciones con amigas. Su nombre es Gertrudis aunque prefería que la llamen Ger.
Hace ya nueve meses de su desaparición, pero ninguna de las dependencias estatales parece dar respuestas ante la desesperante situación. Julia, su marido y su hijo viven como pueden luego de lo sucedido. Cada uno intenta seguir con su vida frente a la angustia y la impotencia del momento. La extrañan día tras día y hasta quisieran no volver a despertar para terminar con el sufrimiento. Esta es la historia de una de las tantas familias que buscan a sus seres queridos, hombres y mujeres secuestrados por el narcotráfico o la trata de personas. Una sociedad mexicana que vive en estado de alerta permanente frente a un sistema que los violenta.
Mediante escenas duras, donde la injusticia social, el miedo y el silencio, son aspectos que se muestran como si algunos habitantes decidieran, de forma peligrosa, asumir los terribles hechos con cierta normalización, mirando hacia otro lado y siguiendo como si nada ocurriera, en contraste con tantos otros que frente a la nula respuesta del Estado se vuelcan por la última y única solución posible, tomar justicia por cuenta propia. Imágenes que reflejan además, un universo femenino que debe adaptarse como mejor puede en un país notoriamente machista siendo ellas las mayores víctimas.
La cámara inquieta y expectante expone, casi de forma documentalista, la búsqueda de Julia así también como la de muchos otros, quienes la única ayuda que encuentran es la que se otorgan entre ellos, hurgando hasta en los lugares más peligrosos y enfrentando a policías corruptos y mafias protegidas. Convirtiendo al espectador en testigo de este laberinto cubierto de oscuridad, el cual parece no tener salida. En definitiva, un film de alto valor testimonial que hace ruido y grita fuerte entre tanto silencio.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Esta es la historia de Julia y su familia, una de las tantas que en México buscan a sus seres queridos, hombres y mujeres secuestrados por el narcotráfico o la trata de personas.