La forma de una mirada, cuán grande puede ser una sonrisa, algún gesto involuntario con la nariz; son sólo algunas de las cosas que recordamos al ver el rostro de una persona. Lo que inicialmente se observa y, al mismo tiempo, lo primero que viene a nuestras mentes al recordar, los rostros. Pero Valentin Riedl hace invisible lo visible y viceversa, en su documental “Lost in face”.
Carlotta posee prosopagnosia o “ceguera facial”, lo que quiere decir que vivió toda su vida sin poder reconocer un rostro, ya sea humano o animal. Es incapaz de verse al espejo por las mañanas y eso la lleva a realizar miles de autorretratos. Lejos de ser fieles representaciones, son un reflejo de su percepción compartiendo de esta manera el mundo desde su perspectiva.
Solo el 1% de la población mundial sufre de esta enfermedad, debido a un mal funcionamiento en una zona del cerebro ubicada cerca del oído derecho. Para muchas de estas personas los rostros humanos son un territorio inexplorado lleno de incertidumbres. No así Carlotta, quien aprendió a la fuerza a vivir con su condición, los rostros son para ella tan interesantes como las hojas de los árboles para el resto de la población.
Pero de todas maneras no fue fácil, narra la discriminación sufrida desde pequeña y cómo era excluida por compañeros y profesores de colegio. Derivando en sueños de escapar en barco hacia alguna isla desolada; o como relata ella misma, una incapacidad para confiar plenamente en las personas o desarrollar amistades.
De todas maneras, el documental intenta demostrar cómo ella percibe el mundo. En algunas escenas, combinando sus relatos y animación, se intenta recrear cómo ella percibe a las personas. También se animan varias secuencias oníricas, registradas en su cuaderno de sueños. Éstas ayudan a introducirnos en su universo perceptivo, entender cómo se auto-percibe y cómo cree que los demás la perciben. Además, en varias ocasiones asistimos al momento en que ella realiza sus autorretratos, utilizando técnicas de lo más variadas, desde dibujarse sin separar la mirada del espejo, hasta recorrer su rostro con una mano y registrarse con la otra.
Riedl y Carlotta nos demuestran que por más que algo no sea visible, no deja de existir. Una de cada 100 personas en el mundo sufren de prosopagnosia y aun así asumimos que nuestra percepción del mundo es la misma que la de las otras personas. Existen tantas maneras de percibir el mundo como personas y no por eso una es menos real que la otra.
Crítica de Lost in face
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Un bello documental donde Riedl y Carlotta nos demuestran que por más que algo no sea visible deja de existir.