En algunas plataformas VoD se encuentra disponible la última película protagonizada por Ben Affleck, quien vuelve a trabajar con el mismo director de “El Contador”.Por Bruno Calabrese.
Cuando una fórmula es efectiva siempre es bueno que se vuelvan a juntar. Es el caso de la dupla Gavin O´Connor como director y Ben Affleck como actor. Ambos se habían juntado por primera en la hipnótica “El Contador” de 2016, en esa ocasión el ex Batman, se presentaba como un contador con síndrome de Asperger perseguido por el FBI que se dedicaba a limpiarle los números a criminales. Una combinación perfecta de drama y acción, donde el director se tomaba su tiempo para mostrar el drama vivido por el personaje principal así como también le daba buenas dosis de violencia y suspenso por la actividad que desempeñaba. Acá nuevamente vuelve a hacer una combinación de géneros, el deportivo y el drama, aunque se vuelque fuertemente a lo segundo.
La historia gira en torno a Jack Cunningham, un ex jugador de la liga regional básquet. Una estrella en su juventud que vive sus días bebiendo alcohol, esquivando a su familia, a su ex esposa y que carga sobre sus espaldas el dolor por la pérdida de su hijo de 7 años. En medio de toda esa crisis se le presenta la posibilidad de dirigir el equipo de básquet del colegio donde jugaba, que está a la deriva, sin poder clasificar a los play off desde que él se retiró. Luego de meditarlo por la noche entre cervezas, acepta el reto y se pone al mando del equipo. A medida que va conociendo a los jóvenes se da cuenta que juegan desordenados y no tienen espíritu de equipo. Increíblemente logra acomodar las cosas, pone la heladera en la cocina, el inodoro en el baño y todo comienza a funcionar, logrando que el equipo llegue a los play off.
Lograr que el equipo funcione parece ser lo que a Jack lo saca del alcohol. Pero lo que parece que va ser la típica película de resurrección, se transforma en un drama realista sobre el duelo. Luego de enterarse que el hijo de uno de sus amigos se encuentra en grave estado otra vez los fantasmas lo vuelven a meter en la oscuridad, llevándolo de nuevo al camino del alcohol.
Gavin O´Connor ya había mostrado buena mano en el manejo del drama combinado con el deporte con la potente “Warrior” del 2011, con Tom Hardy y Joel Edgerton, donde narraba un profundo drama familiar mezclado con las luchas de UFC, aunque el deporte tenía un peso más importante. “The Way Back” no llega a estar a la altura, no tiene escenas climax que tiene aquella, más que nada porque esta tiene un drama más profundo como es la perdida de un hijo, lo que hace que el deporte pase a un segundo plano.
Pero todos lo aplausos se los lleva Ben Affleck, muchas veces criticado por sus actuaciones y mas elogiado por su rol detrás de cámaras. El director de Argo compone a un adicto potente, con múltiples matices, en cuyas actitudes se nota el dolor a pesar de los logros deportivos. Impulsivo, contenedor con los jugadores, cada palabra que expresa tiene una carga emocional intensa que cala hondo en el espectador.
“The Way Back” es engañosa, parece que va a a ser la clásica película de redención hollywoodense que utiliza el deporte como herramienta. Pero tiene la inteligencia de evitar caer en los clichés para meterse en serio en el duelo por la pérdida de un hijo, a la que debemos sumar las fragilidades de un adicto, del estilo “Manchestr by the sea”. Aunque si hay una redención, es la de Ben Affleck, quien carga con todo el peso dramático sobre sus espaldas y nos entrega una poderosa interpretación.
Puntaje: 80/100.
.
Actuación
Guión
Fotografía
Música
Arte
Un drama duro, que parece llevarnos a la típica historia de redención pero se convierte en un alegato realista sobre el duelo y las adicciones.