Las últimas obras de directores ya consagrados tiene su lugar en la sección Panorama: Autores del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. La última producción de Heinz Emigholz, The Last City, indiscutiblemente pertenece a este grupo. Contrario al grosor de sus anteriores películas, las cuales suele ser documentales, aquí el alemán nos sorprende con una inesperada ficción; utilizando su obra para exponer ciertos grandes temas que atañan a la humanidad, siempre marcando su propio punto de vista.
Todo comienza con una conversación entre dos personajes, donde se narra un sueño sobre una ciudad cambiante, ya sea de posición geográfica como de población. Los habitantes constantemente intercambian roles. Lo mismo sucederá a lo largo del film, pasando por 5 ciudades diferentes: Beerseba, Atenas, Berlín, Sao Paulo y Hong Kong; cada una con una historia diferente. Asimismo, los actores interpretarán más de un personaje, manteniendo largas conversaciones sobre diferentes tópicos, como la vida extraterrestre, el rol de la industria armamentística o la culpa colectiva.
Encuadres aberrantes, figuras humanas compartiendo espacio de encuadre con la arquitectura, multiplicidad de planos diferentes, son sólo algunos de los componentes que marcan la fotografía del audiovisual. Cada ciudad conserva su propio espíritu consiguiendo empalmar precisamente a la historia que transcurre en ella. Lo mismo sucede con los actores que mutan su rol en cada ciudad. Ningún rol interpretado es similar al anterior.
Cada una de las tramas tiene como disparador un sueño, siendo los mismo el hilo conector. Relato onírico que los personajes tomaran y lo transformaran en extensos debates filosóficos, donde lo importante no estará en la resolución final, sino en el proceso de transitarlos, sopesando cada punto de vista y porqué no, juzgarlos con la propia interpretación del espectador.
La última obra de Heinz Emigholz, The Last City podría resumirse en cinco conversaciones diferentes. Sin embargo, logra hacerlas convivir todas juntas en una película de 100 minutos de duración, sin asperezas, donde el espectador se hundirá sin percatarse del paso del tiempo.
Calificación
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
La última obra de Heinz Emigholz, The Last City podría resumirse en cinco conversaciones diferentes. Sin embargo, logra hacerlas convivir todas juntas en una película de 100 minutos de duración, sin asperezas, donde el espectador se hundirá sin percatarse del paso del tiempo.