“Sin Códigos”, de Thomas Arslan, Crítica.

Un policial noir que se reactualiza gracias a su temática anclada en el presente.

Este jueves 17 de octubre se estrena en las salas de nuestro país, Sin Códigos, el nuevo largometraje del cineasta alemán Thomas Arslan. El film se trata de la secuela de “En las Sombras” que estuvo nominada en la categoría Premio de la Audiencia del Festival de Cine de Berlín y se ha podido disfrutar como parte del Festival de Cine Alemán en Buenos Aires.

Doce años después de su huida, el delincuente profesional Trojan regresa a Berlín. En su ausencia, muchas cosas parecen haber cambiado: tales como los códigos al hacer acuerdos entre colegas y las maneras de tratarse, en un entorno en el que parece haberse perdido la confianza entre unxs y otrxs.

En ese contexto, Trojan se propone darse una oportunidad para empezar de nuevo, pero en seguida se da cuenta de que, sino vuelve al negocio de la delincuencia, no podrá sobrevivir en ese Berlín que le es extraño y ajeno.

Así, y de alguna manera porque no le queda otra opción, es contratado para robar un valioso cuadro en un Museo de la ciudad. Sin embargo, todo se complica y todo lo que parecía un plan absolutamente meticuloso y cuidado, se saldrá de control para terminar en un desastre inesperado.

El filme de Arslan habla de cómo el mundo ha cambiado y cómo lo seguirá haciendo en una sociedad capitalista en la que cada vez hay menos colectivismo para dar paso al individualismo. Ya no parecen haber códigos ni poder mantenerse los tratos, ni si quiera en el submundo de la delincuencia fina y organizada. El personaje de Trojan encarna ese halo de deseo por un pasado que ya no es en un entorno en el que ya no encaja porque no existen los escrúpulos.

El film de Arslan, pese a sostenerse desde un contexto de lo más actual, resulta en una policial al estilo noir de lo más clásico y de los años 50, pero con un guion adaptado al mundo actual. Al respecto, al mismo tiempo que el director homenajea ese estilo de cine con una carga de nostalgia que remite a una época, consigue proponer una historia original y totalmente inesperada.

El largometraje mantiene narrativa con una dinámica tensa, dura y seca, muy bien acompañada de una belleza visual oscura y lúgubre. La mayoría de las escenas acontecen en las sombras y en la noche, con tomas largas que se toman su tiempo y hacen respirar las escenas. Lxs personajes acompañan muy bien la atmósfera visual, puesto que más allá de presentarse con una cierta falta de emociones, transmiten desolación a partir de sus pocos diálogos en general y gestualidad. Si bien eso puede chocar de alguna manera, se combina muy bien con ese “lado b” que se pretende mostrar en el film: un Berlín marginal, lleno de callejones oscuros en los que todo puede pasar. La música electrónica del film termina de constituir esa atmósfera oscura, ruda y falta de emociones.

Por su parte, el guion resulta tan bien construido que, pese a tratarse de una secuela, no se hace necesario haber visto la película original para entender todo lo que sucede.

De lo expuesto, el nuevo film de Arslan, es una propuesta redonda y que cierra en todos sus aspectos cinematográficos y estéticos. Para quienes disfrutan del género policial estilo noir, resulta un film esencial que, de ser posible, no deberían perderse de disfrutar en cines, puesto que su propuesta visual es digna de la experiencia cinematográfica.

FICHA TÉCNICA:

Guion y Dirección: Thomas Arslan – Elenco: Mišel Matičević, Marie Leuenberger, Alexander Fehling, Tim Seyfi, Marie-Lou Sellem – Dirección de fotografía: Reinhold Vorschneider – Edición: Reinaldo Pinto Almeida – Música: Ola Fløttum – Producción: Florian Koerner von Gustorf, Michael Weber, Anton Kaiser – País: Alemania – Duración: 101 min – Año: 2024

Calificación

Dirección
Guion
Arte y Fotografia
Música
Actuación

En general, un film policial noir que mantiene la tensión hasta el final

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