“Réduit” de Leon Schwitter. Crítica.

Desde el país de los relojes caros y los sabrosos chocolates, llega “Réduit”. Se trata de la ópera prima de Leon Schwitter, la cual forma parte de la Competencia internacional de la 37° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Indagando sobre la intensa relación que une a un hijo con su padre, o tal vez sobre el síndrome de Estocolmo.   

Un padre separado lleva a su joven hijo a una cabaña escondida en algún remoto lugar de los Alpes suizos. Sin señal de teléfono, ni conexión de ningún tipo con el mundo exterior, ellos pasan los días en la naturaleza. Sin embargo, todo cambia cuando el padre anuncia que jamás volverán y que ahí tienen todo lo que necesitan para vivir el resto de sus vidas.   

Lo primero que resalta a la vista, son los hermosos paisajes en los que transcurre la historia. Frios bosques de color verde musgo, escarpadas montañas blancas por la nieve, y las bajas nubes que se dejan tocar desde el suelo. Un paraíso terrenal, para los amantes de las bajas temperaturas. Al menos así lo vive el niño, antes de saber que su estadía transitoria es en realidad permanente. 

Lo que a priori parecía un análisis de las fuertes relaciones padre/hijo, haciendo cosas de hombres como cazar, disparar armas o comer comida enlatada, se transforma en un secuestro. Este método de vida le es impuesto al joven por la fuerza. Aunque en los momentos en que podría escapar, no lo hace. Un dilema de lo más complicado, cuando tu secuestrador es tu propio progenitor. 

“Réduit” de Leon Schwitter, tiene muy buenas intenciones. Tal vez el punto de vista intimista que eligió para contar la historia no sea el ideal. Por momentos hace que la trama se estanque o avance lentamente. La trama por momentos parecía requerir algunos tintes de género que le habrían quedado excelentes y le hubieran agregado sazón. De todas maneras el producto final es correcto y bellamente realizado.