En diálogo con Cine Argentino Hoy, el actor protagoniza la pieza teatral James Brown usaba ruleros, escrita por Yasmina Reza y bajo la dirección de Alfredo Arias, de jueves a domingos a las 20 hs en el Teatro Sarmiento (Av. Sarmiento 2715) hasta el 16 de marzo.
Cobertura Periodística: Javier Erlij.
Edición : Verónica Segovia.
– ¿Es la primera vez que estas en una obra de Yasmina Reza?
Es la primera vez que hago una obra de Yasmina Reza y creo que tuve una muy buena entrada al material de Yasmina, porque fue a través de la dirección de Alfredo Arias, que es un director con el que yo trabajo hace muchísimos años y Alfredo es un creador que dirige textos de otros y textos propios que he tenido la suerte de poder hacer con él textos suyos y textos de otros autores argentinos y textos de autores franceses. Y, en este caso, esta autora especialmente exitosa y con algo para decir realmente, muy importante.
– ¿De qué trata James Brown usaba ruleros y cuál es tu personaje?
James Brown usaba ruleros, el título, es un poco caprichoso, no refiere necesariamente a ningún momento importante de la obra, sino un momento casual y narra la historia de un muchacho que cree que él es Celine Dion, la cantante. Esto ha comenzado cuando el chico es pequeño pero ahora ya es un joven adulto y los padres, luego de intentar ayudarlo durante muchos años, se entregan y lo internan en un psiquiátrico.
Desde la internación en el psiquiátrico comienza la obra, dónde el chico va a tener que integrarse a la comunidad del psiquiátrico, a la vez que recibe la visita de los padres que a medida que va pasando el tiempo, notan que su hijo no va en la dirección que ellos creían que iba a ir una vez estando en el psiquiátrico.
– ¿Cómo es este padre y por qué decidieron inspirar el vestuario en la década del 50, 60?
La obra era un pedido, tanto de Yasmina como la idea de Alfredo de dejarla un poco atemporal y también sin una verdadera patria, entonces no se nombran lugares, no sabemos si es aquí o si es en Europa.
Nos gustaba si señalar un tipo de matrimonio de una parte bastante burguesa de la sociedad, quizás gente no muy ilustrada, no gente analizada, con terapia, gente bastante común, no pobre, con horizontes quizás bajo en sus vidas y se les aparece este chico que, bueno, cree que es la máxima estrella del mundo, como para que fuera más fuerte el contraste y creo que los vestuarios son justamente (hermoso vestuario a cargo de Julio Suárez) inspirados en esa idea, de abstraerlo de lo que sería el pequeño burgués del día de hoy.
– ¿Cómo es trabajar con Alfredo? Sé que has trabajado muchas veces con él.
Y trabajar con Alfredo es meterse en un mundo de gran imaginación, de gran no concesión a lo que es esperable, porque él es una persona naturalmente provocadora en sus conceptos estéticos, es una persona que lleva a las últimas consecuencias su convicción estética.
Siempre recomiendo a la gente que cuando hay una creación de Alfredo Arias en Buenos Aires, la vean, porque trae un tipo de arte visual en sus obras que en Francia y en Europa es muy común ver pero aquí no las tenemos así. Y también hace mucho juego con las luces y con sus decisiones escenográficas.
Meterse a trabajar con una persona con esa formación, con esa exigencia, es realmente una muy linda aventura y es una manera de trabajar distinta, quizás aquí en Argentina no estamos tan acostumbrados a un rigor tan conceptuoso, como es el de Alfredo.
– ¿Cómo te atraviesa el texto de Yasmina Reza?
Me encanta, me parece que realmente ella es una gran observadora de la sociedad, gran observadora del ser humano y tiene una cosa muy hermosa que es que ella nos hace a nosotros, artistas, y a los espectadores, exponernos ante muchas preguntas y nunca nos cierra ninguna respuesta.
Esta obra no baja línea y no da respuestas, muestra. Muestra y bueno, cada uno, cada artista que actúa se lleva su idea y cada espectador que viene también se irá con sus preguntas, con sus indecisiones, con sus cosas para resolver en su vida, en su devenir cotidiano con las otras personas con las que nos toca interactuar en la sociedad.
– ¿Cómo es el proceso de trabajar con Alfredo? Teniendo en cuenta que es uno de los pocos directores vivos que a atravesado tanto el siglo XX y transita el siglo XXI, un hombre que tiene mucho mundo.
Alfredo tiene su concepto estético de cualquier trabajo que lleva adelante. Él tiene la idea que para subirse al escenario, para mostrarse en el escenario, tiene que ser algo muy bello, muy hermoso o muy provocador o de un enorme talento, sino cualquier media tinta en alguno de esos aspectos, para él, no se justifica.
Él tiene una puesta estética muy fuerte pero sus historias no quedan solamente pegadas en la parte estética, él sabe elegirlas y tiene sus políticas también.
Entonces saber hacer convivir la parte del hermoso vestuario, la maravillosa iluminación con el transfondo político de las aseveraciones de las obras que él elije hacer, es realmente una experiencia muy completa para cualquier artista.
– ¿Hasta cuándo van a estar con la obra?
Esta obra sigue en cartelera hasta el domingo 16 de marzo, en el Teatro Sarmiento.
– También estás haciendo otra hermosa obra en el Espacio Callejón…
Si, la obra El hombre de acero, que vengo haciendo hace cuatro años. La obra es de Juan Francisco Dasso, siempre la hacemos en el Espacio Callejón, una obra que nos da muchísimas satisfacciones, que también trata de un padre de un chico con alguna cuestión psiquiátrica y el público siempre nos acompaña con mucha alegría. Cuando no tengo el Teatro Sarmiento, voy al Espacio Callejón.