Ionathan Klajman es el creador de “Distópica: Historias de una Argentina que podría haber sido”, la serie documental que se emite desde el viernes 9 de junio por la Tv Pública. En la entrevista, el director que se animó a jugar y pensar escenarios alternativos sobre qué hubiera pasado sí, nos relata en primera persona cómo surgió la idea de contar cuatro sucesos históricos de nuestro país desde otra perspectiva ficticia. -No es de Marvel, es argentina, está bien hecha y cambiamos la historia. Ionathan, ¿cómo fue que se te ocurrió hacer esta distopía?
-Primero me gusta la comparación con Marvel, porque en una escena de las últimas películas hay una hechicera mostrando el punto de inflexión de una situación. Entonces, la serie tiene que ver un poco con eso. Mi idea era buscar una ucronía, hacer una historia eterna de lo que pasó con el objeto de mirar los hechos que pasaron con ojos nuevos. Los hechos rectificados tantas veces, que estamos un poco anestesiados.
Nos pueden contar cualquier parte de la historia que la escuchamos y decimos ok, pero nos cuesta mucho encontrar una emoción. Entonces, a mí se me ocurrió jugar con la posibilidad de que la historia podría haber sido otra. Los actores podrían haber actuado de mil maneras distintas, pero buscamos una hipótesis creíble y, al mismo tiempo que vamos contando la historia original, hacemos este ejercicio que me encanta. La ucronía es un género de la ciencia ficción que me resulta apasionante. Hay muchas novelas relacionadas con eso, entonces es un género que me atrae mucho y, por lo tanto, siempre el ejercicio lo he imaginado con hechos de la historia argentina con escenarios alternativos. Así que salió la idea de hacer este programa de historias y justo se podía utilizar este sistema de ucronías.
Nos pueden contar cualquier parte de la historia que la escuchamos y decimos ok, pero nos cuesta mucho encontrar una emoción”.
-Y utilizaste los cortos “Sucesos Argentinos”, pero relatándolos con otra locución y proponiendo, como decís, qué hubiera pasado sí…
-Totalmente, y eso se vuelve un ejercicio muy lindo cuando haces los montajes, porque te pones a armar los documentales y se vuelven muy creíbles. De hecho, tuvimos algunos miembros del equipo que cuando lo vieron dijeron: “Che, ¿esto es lo real o ficticio?” Porque claro, pones la voz, armas todo, y no sabes. Tenes que conocer bien la historia.
-Es cierto, tenes que conocerla. Realmente es una propuesta muy original y es una manera de enganchar a las nuevas generaciones.
-Exactamente, fue un poco pensado así. Yo tengo un hijo de 15-16 años y pensaba en qué mirada le puedo mostrar: “Ves que actúan de esta forma, pero también había alternativas”, y eso me generó un efecto especial, la historia cobra vida, porque cuando vos ves que, por ejemplo, en el caso del bombardeo a Plaza de Mayo, que es un tema terrible y que no lo conocemos mucho, quiénes eran los pilotos que tiraron las bombas no sabemos bien qué pasó,; lo primero que pensas es que pareciera que hay como un deseo de no habilitar ciertas partes de la historia.
Por eso, cuando vemos que había una alternativa en que estas personas se podrían haber negado a hacer semejante acto de barbaridad, no lo podes creer: eran pilotos argentinos entrenados acá que empezaron a tirar bombas sobre una plaza, era como demencial. Esa es la distopía con que nosotros jugamos, porque lo utópico hubiese sido que continuaran todos los gobiernos democráticos, entonces estaríamos en otro país tan distinto. Es jugar un poco con que siempre se puede dialogar y que todo se tiene que hacer dentro de la democracia. Es la gran alternativa con todas sus deficiencias.
Es jugar un poco con que siempre se puede dialogar y que todo se tiene que hacer dentro de la democracia. Es la gran alternativa con todas sus deficiencias”.
-¿Cuánto tiempo le han llevado toda la construcción de este proyecto que tiene tanto de juego didáctico? Porque tiene investigación histórica, de archivo, de guion, de conductores, en fin. ¿Cómo lo organizaron?
-Está bueno lo que decís con respecto a lo didáctico, porque ya el concepto de leer un suceso ucrónico, nos obliga primero a conocer la historia original. A mí me pasó que cuando empecé a investigar, sentí que tenía que formarme en saber muy bien qué había pasado y buscar alternativas que fueran creíbles. Me esforcé mucho para lograrlo, porque por más que la opción histórica tuviera licencias poéticas, quería que fueran cosas verosímiles. Es decir, no quería que aparezca un dinosaurio o que los pilotos actúen de formas irreales, sino buscar alternativas que podrían ocurrir.
Por un lado, realicé toda la investigación histórica, y por otro lado me senté con los historiadores del programa Martín Leguizamón y Pupina Plomer y juntos hicimos la relectura de todos los guiones, los cuales fueron modificados a partir de comentarios que ellos me hicieron. En el primer capítulo, por ejemplo, yo lo quería meter a Frondizi como ganador de las elecciones, porque yo hice el ejercicio que el gobierno que venía después era el presidente electo, y me dijeron no había ninguna chance en el ’55 que si Perón no era derrocado, perdiese una elección, porque todavía tenía muchísimo apoyo popular y demás.
Por lo tanto, fuimos haciendo relectura y corrección, porque los guiones los había escrito yo a partir de investigaciones previas y luego ellos hicieron su visión correctora para determinar si los hechos que narraba eran posibles. Así es que se logró la reescritura completa de los cuatro guiones en base a lo que los historiadores fueron acotando. Fue un proceso muy lindo el que hicimos juntos.
-Ionathan, por ahora son cuatro capítulos, ¿verdad?
-Sí, por ahora son estos cuatro capítulos, que si bien son consecutivos en la historia, cada episodio plantea una hipótesis ucrónica distinta. En los primeros dos capítulos se vio “El bombardeo a Plaza de Mayo” y “El Golpe de Estado contra Arturo Frondizi”, y los que siguen son “El Golpe de Estado contra Arturo Illia” y “La muerte de Juan Domingo Perón”, que son muy interesantes, por ejemplo, en el último hacemos una hipótesis en la cual Perón en 1974 no muere. Entonces, el planteo fue qué hubiese pasado con ese gobierno de Perón, construido con el diario del lunes viendo todas las decisiones que nosotros creemos podrían haber tomado en función de tener un gobierno pacífico, democrático, no violento. Es un Perón que desarma la Triple A, establece un gobierno de coalición con Balbín porque lo nombra ministro. Es decir, pasan una serie de elementos que van apaciguando todos los hechos tan voluptuosos que había en ese momento y se logra llegar a la entrega del gobierno en el ’79.
-¡Qué maravilla estos cuatro capítulos! Dan ganas de sentarse y verlos. ¿Sabes si los van a subir a alguna plataforma para verlos además de la Tv Pública?
-Sí, el primer objetivo que teníamos era emitirlos y ver las reacciones de la gente. Estamos re-contentos porque realmente fue un esfuerzo. También, atrás de la línea de tiempo que construimos aumentada, no sabes la cantidad de horas de trabajo que hubo. Cada año tiene una recreación artística de lo que significó. La línea va del ’46 al ’83, mostrando qué hubiera pasado si hubiera seguido, y cada episodio tiene a su vez su línea alterna.
La idea siempre fue jugar con cómo hubiese sido la democracia en Argentina continuada durante tantos años. Nos coloca en una situación optimista ahora, porque estamos comenzando de nuevo con la democracia y cuando lo miras en perspectiva, ves que es la primera vez que tenemos tanta democracia continuada, así que recién está comenzando. Está bueno que tengamos un montón de problemas por resolver, pero la verdad que es una democracia muy joven. Queda mucho por delante por conseguir, así que tenemos una visión optimista.
Edición periodística: Andrea Reyes