“Los niños de Dios” de Martín Farina.

Premier mundial en la sección Familias del 22 BAFICI.

Desde una mirada absolutamente intimista, es tan así que el espectador puede llegar a sentirse parte de una de las charlas, el director va desarrollando la idea con una sutil delicadeza muy cuidada.

Con planos cerrados, la película comienza mostrando los personajes principales en actividades cotidianas, hermana y hermano, ambos adultos de alrededor de 30 años, y la madre. Lo primero que llama la atención es que si bien la mayoría del tiempo hablan en castellano hay veces que lo hacen en inglés manteniendo la misma naturalidad en la escena. Lo segundo que llama la atención es la bendición de la mesa cuando están comiendo. De esta manera, muy sutilmente, Farina va presentando los tres personajes principales. Va mechando con videos caseros familiares y de esta forma, de a poco, se va generando una idea de las características de esa familia.

A partir de una enfermedad que había sufrido la madre y de la que luego se recupera, ella abrazó fuertemente la religión y los sumergió a todos en una comunidad muy religiosa. Y esto no fue gratis para los hijos que terminaron padeciéndolo. Este es el conflicto central de la obra, que el autor se encarga de irlo desarrollando muy sutilmente.

Un giro aparece con el descubrimiento de una enfermedad en Francisco, el hermano,  aunque en ningún momento hay una referencia directa, siempre son sutiles detalles que salen de los diálogos, como la madre rezándole  a Dios por el momento difícil que están pasando y a la vez en planos cerrados Francisco siendo examinado. Luego viene el festejo familiar de la navidad y la carga religiosa que la familia le pone.

Toda la obra, si bien ficción,  está construida como si fuera un falso documental ya que son los personajes hablando o situaciones en las que se encuentran accionando. De esta manera  obliga al espectador prestar mucha atención y que vaya construyendo la historia a partir de los distintos retazos. Y en ese rompecabezas de imágenes, de a poco van apareciendo las que son religiosas. Primero espaciadamente, luego con mayor frecuencia, hasta que ya avanzada la obra es cuando comienza a quedar claro de que es este el conflicto principal.

El film posee  una fotografía notable que demarca el estilo poético y melancólico y la correcta musicalización lo acentúa  mucho más, pero es tal vez la selección de preponderancia de planos cerrados, lo que logra acompañar al guion en generar el clima de intimidad con los personajes.

Todos tenemos necesidad de encontrar un lugar que nos de sentido de pertenencia, de abrigo, de manada, es un impulso animal que se acentúa cuando nos encontramos heridos, padeciendo. Pero suelen ser peligrosas las comunidades muy sectarias. Martín Farina nos cuenta esto con la total delicadeza de quien no desea herir susceptibilidades. 

FUNCIONES

Función 1: Sábado 20 de marzo | 18.15 h. | Multiplex Belgrano | Reservá tu entrada

Función 2: Lunes 22 de marzo | 13.30 h. | Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco

Función online: Sábado 20 de marzo | 19 h. | Disponible por 72 hs. | Registrate en Vivamos Cultura para verla cuando esté disponible.

Calificación:

Actuación
Arte
Fotografía
Guion
Música

Un drama familiar contado de una manera absolutamente poética.

User Rating: No Ratings Yet !

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Volver al botón superior