La documentalista estadounidense Liz Garbus expone un tema frecuente en el mundo y siembra el siguiente interrogante:¿Desaparecidas o invisibles?, en un filme que se sirve del suspenso y el drama de una madre que quiere encontrar a su hija. Por. Florencia Fico.
El argumento de la película “Chicas perdidas” gira alrededor de una persona la mamá que enfrenta la ausencia de su hija sin rastros y halla un mundo de irregularidades en la toma de casos sobre mujeres que no se da con su paradero asimismo con su búsqueda enseña un número considerable de asesinatos sin resolución.
Fiel a su modo de contar las historias la realizadora Liz Garbus tuvo la delicadeza de retomar la investigación que se basa en hechos reales que con material de archivo y ficción provocó ver la hoja de ruta que una madre pasa para conocer dónde está su hija sus últimas llamadas, los tiempos, sus contactos, actividades diarias, meterse de forma encubierta en los espacios en los que estaba, presionar a los agentes y detectives para no dejar el caso a su vez ellos tienen el descaro de no tomar en serio los casos por tratarse de trabajadoras sexuales. Además revela el trasfondo; por un lado; la despreocupación de las autoridades policiales, el secretismo en barrios cerrados es el caso de Long Island, la ocultación y pérdidas de pruebas. Por otro, los contextos de los parientes de las víctimas que se hallan con bajos recursos, la angustia, violencia de género dentro de las parejas, el abandono, el enojo y el deterioro mental como consecuencia de la falta de un miembro familiar.
El guión de Michael Werwie repasa el texto del autor Robert Kolker quien redactó el libro “Lost Girls: An Unsolved American Mystery” con el mismo tono indagatorio de Koller. Los diálogos transitan por entrevistas que la madre tiene con los policías como si fueran hechas por un periodista de investigación y demuestra las equivocaciones en las pesquisas sobre los homicidios y continúa con la inconclusa averiguación sobre sus muertes que sumaron 20 donde los restos fueron ubicados en distintos puntos de Ocean Parkway y el sospechoso sería un asesino serial aún en libertad.
El reparto tuvo a la actriz Amy Ryan en la piel de Mari la mamá de Shannan Gilbert. Ryan es incisiva e increpa constantemente, también a la artista Thomasin McKenzie una de las hermanas Sherre quien dio la señal de alarma sobre la ausencia de Shannan ella le agregó sensibilidad y profundidad al drama familiar. Por último cabe destacar la pequeña intervención de Oona Laurence como Sarra Gilbert sumó una lectura psicológica sobre todo el elenco.
La película en general da un sólido thriller que interviene en forma cuidadosa un true crime. Es bien documentada por los enlaces con la realidad que son un implacable mensaje sobre los mecanismos policiales que dejan mucho que desear. Amy Ryan y Liz Garbus, directora y actriz ensamblan la voz de Mari Gilbert bajo la consigna la personalidad del defensor de las víctimas de secuestro y crímenes.
Puntaje: 70.
Dirección
Música
Reparto
Arte
Guion
La película en general da un sólido thriller que interviene en forma cuidadosa un true crime. Es bien documentada por los enlaces con la realidad que son un implacable mensaje sobre los mecanismos policiales que dejan mucho que desear. Amy Ryan y Liz Garbus, directora y actriz ensamblan la voz de Mari Gilbert bajo la consigna la personalidad del defensor de las víctimas de secuestro y crímenes.