Dentro del nicho cine-producción, detrás de las cámaras, existe un oscuro mundo opacado por el maltrato, el abuso de poder y el machismo. “La asistente”, nueva película de la directora documentalista Kitty Green, esboza de manera sutil y discreta una denuncia criteriosa al cúmulo audiovisual entre bambalinas. Un manifiesto que orienta todas sus miradas al suceso Harvey Wenstein y el movimiento Me Too. Disponible en Amazon Prime. Por Lautaro Franchini.
Jane (Julia Garner), es la nueva asistente del jefe de una importante productora de cine. Su trabajo, reciente y con muchas esperanzas a futuro, demanda mucho tiempo y esmero. Debe tener todo listo, armado y preparado correctamente. Desde limpiar, fotocopiar, coordinar viajes, administrar víveres, actuar de niñera y hasta solucionar los inconvenientes de los demás. Una rueda de auxilio a la que se le exige sin reconocimiento ni valor.
Pero el carozo del asunto se situará en la perspectiva de Jane y sus alrededores. La protagonista, al dirigir la agenda de su superior, presenciará reiteradas situaciones incomodas relacionadas al abuso de poder y el machismo. El jefe, quien nunca es visto ni nombrado en cámara, engaña a su esposa y se aprovecha de las mujeres que se acercan a la productora en búsqueda de una oportunidad en el mundo audiovisual.
La impotencia de ver y contemplar la liviandad con que se maneja la productora al respecto es el motor de rabia estéril que siente Jane en su largo día de oficio. Estar ahí y no poder ayudar o revertir la contienda hace que el trabajo no sea lo que esperaba. Nacerá la disyuntiva: ¿actuar y defender a sus colegas o callar y apostar al proyecto laboral?
Puntaje 80/100.
