Juan Pablo Regalado tiene 48 años y es actor, periodista, locutor, profesor universitario y runner en silla de ruedas, pero ante todo, es un sobreviviente. El 16 de diciembre de 2002, durante el robo de su auto, se resistió y recibió un disparo por la espalda que casi le cuesta la vida. Estuvo en coma, atravesó una compleja recuperación y logró volver a caminar durante una década. Sin embargo, en 2015 comenzaron a manifestarse secuelas que, tras varias cirugías, lo dejaron con movilidad reducida; pero lejos de detenerse, transformó cada obstáculo en una oportunidad. Hoy, trabaja activamente por la visibilización de la accesibilidad y la inclusión y, además, participó en El Eternauta, la serie en español más vista de Netflix, donde compartió escena y una charla con Ricardo Darín.
Esa actitud resiliente lo llevó a presentarse al casting de la serie, sin saberlo estaba en el lugar indicado en el momento justo. “Yo me estaba yendo a Córdoba por trabajo como periodista y me llaman: ‘Che, tenemos un casting’. No sabía para qué era. Me dicen: ‘¿Podés venir mañana?’.Allí estaba la directora y unos técnicos… me comentan que era para El Eternauta. Y yo no lo podía creer”, afirmó con contundencia Juan Pablo.
Regalado contó que en varias oportunidades, al presentarse a castings le buscaban específicamente un perfil de usuario de silla de ruedas, mientras que en otras no. Explicó que las personas con movilidad reducida pueden actuar con planos donde apenas se nota la silla, como en un plano americano, lo que permite mostrar personajes más allá de su discapacidad.
Aunque en cada entrevista Juan Pablo suele hablar de su trabajo actoral, nunca deja pasar la oportunidad de visibilizar una realidad que rara vez es noticia, porque no genera tantos clics ni titulares sensacionalistas. Y en tiempos donde los derechos adquiridos vuelven a estar en disputa, se hace necesario poner nuevamente en agenda temas que como la accesibilidad, la inclusión y el respeto: “Fue loco porque me permitió empezar a hablar también de accesibilidad, de vida en silla de ruedas, de inclusión, y de trabajar un poco más esa empatía”, expresó el periodista, en un momento marcado por la insensibilidad social, los recortes y los retrocesos en diversas áreas del Estado bajo la administración actual.
La escena del tren, el frío y Ricardo Darín
La historieta argentina de ciencia ficción, El Eternauta fue escrita en 1969 por Héctor Germán Oesterheld (detenido desaparecido por la última dictadura cívico-militar), y debutó como serie de Netflix hace pocas semanas, con más de 10 millones de visualizaciones globales, convirtiéndose en la producción hispanohablante más vista de la plataforma: 87 países, entre ellos Alemania, Brasil, España, Estados Unidos, Francia, India, Italia y México. Esta reinterpretación del clásico argentino fue posible gracias al trabajo colectivo de un equipo que entendió, en la práctica, que “nadie se salva solo”.
Juan Pablo Regalado fue parte de este mega suceso argentino: vivió la experiencia desde adentro durante el rodaje: “Fue una experiencia tremenda. Estábamos filmando una escena en un vagón real, montado en un galpón ferroviario en San Fernando. Llovía de verdad. Había nieve falsa afuera. Nos movíamos entre las vías con la silla. Y ahí, de pronto, estaba yo, sentado junto a Ricardo Darín, charlando”.
“Me sacaron una foto de lejos que está en mis redes sociales. Estoy con Darín, los dos sentados debajo del tren, cada uno en su silla con su nombre. Hablamos sobre la escena que íbamos a hacer; aunque no nos tocaba estar en esa toma, igual estábamos ahí. Él fue súper cordial y cercano”, recordó el locutor y periodista. Esta semana, Darín generó una gran repercusión tras criticar la gestión del gobierno de Javier Milei por la suba de precios. La opinión pública dedicó horas de pantalla y redes sociales a sus dichos sobre “las empanadas”, dejando de lado su reconocido trabajo actoral. Es esa argentinidad al palo que hace que “los árboles no dejen ver el bosque”.
En una serie internacional “made in Argentina”, fue una novedad ver que se podía lograr un producto pretencioso, vanguardista. “Había un enorme techo tubular armado para simular la nieve. Desde adentro del vagón parecía que realmente nevaba, pero estábamos secos. Esa combinación entre lo real -el frío, la lluvia- y la magia del cine era increíble”. El actor recordó también que, aunque técnicos, actores, extras y el equipo trabajaban en grupos separados, “había algo que nos unía. Se respiraba cine”, una sensación especial que marcó la experiencia en el set”.
Asimismo, contó que actuar y luego verse en una de las escenas más impactantes de El Eternauta fue una experiencia “colosal”. “Corríamos, los bichos nos levantaban -aunque no veíamos nada-, todo era pura imaginación. En un momento me indican: ‘Quedate mirando a cámara, pidiéndole auxilio a Ricardo’. Y quedó esa imagen, ese plano. Cuando lo vi, pensé: Guau, eso fue lo que quedó”, recordó Regalado, todavía sorprendido por el resultado en pantalla.
Trabajo, derechos y respeto en la producción
El trabajo en el Eternauta, además de traer gratificaciones a nivel económico, también dignifica la tarea del actor. “Se trabajaba muy bien. Ocho horas exactas. Si te pasabas 10 minutos, se cobraba. Si era después de las 8 de la noche, se cobraba. Todo en blanco, con cargas sociales. Impecable.”, y agregó: “Hoy en día se cobra por actores, por tiempo, y si la serie se renueva o pasa a otra plataforma, también se cobra. Eso es justo. Es trabajo “.
La serie dirigida por Bruno Stagnaro – referente del nuevo cine argentino- no contó con el respaldo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y fue posible gracias a una combinación de fondos privados y apoyos públicos nacionales e internacionales. Recibió financiamiento del programa BA Producciones Internacionales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, del Québec Tax Credit de Canadá, del Programa Uruguay Audiovisual y del India Cine Hub, entre otros.
La primera temporada contó con un presupuesto de 15 millones de dólares, una inversión equilibrada en el competitivo mercado de las plataformas digitales que logró llegar a millones de hogares alrededor del mundo. Irónicamente, muchas de las obras anteriores del director, como Pizza, birra, faso, Un gallo para Esculapio, Okupas y otras, se filmaron gracias al respaldo del fomento estatal (INCAA). En tiempos de recortes, El Eternauta se convierte en un ejemplo de lo que es posible lograr, pero también en una advertencia sobre lo que podría perderse si esos apoyos públicos se redujeran aún más.
En tiempos de redes para ser hay que aparecer
En la era digital, para “ser” hay que tener una presencia activa en las redes sociales, ya que se han transformado en una herramienta imprescindible para comunicarse y construir identidad. Regalado, como periodista y comunicador reconoció que, aunque no solía prestar demasiada atención a la cantidad de seguidores, hoy, a partir de su “aparición” en los medios, en un abrir y cerrar de ojos, pasó de 3.000 a 11.000. Su popularidad tras la serie, le abrió nuevas oportunidades: “Empecé a salir en radios de todo el país, desde Tucumán hasta Córdoba, Chaco, Formosa y Quilmes, en televisión, en streaming y en muchísimos medios gráficos”.
El profesor de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) aseveró: “Vengo de la prensa regional. Hago podcast sobre la vida en sillas de ruedas, Al Ruedo Podcast. Estoy muy identificado con lo universitario. Y si bien no tenía tiempo para redes, ahora veo que es necesario. Porque si comunico desde mi lugar, desde lo que soy, eso puede resonar.”, dijo como representante de otras miles de historias sin voz, y agregó: “Todo se retroalimenta. Hablás de una escena en el tren y terminás hablando de accesibilidad. Hablás de una actuación y terminás hablando de empatía. Y eso vale… Ahora voy a correr la maratón de Mar del Plata. Esto también es parte de lo que soy”.
“Uno hace cosas, y muchas veces no quedan. Pero esta vez, quedó. Y eso cambia algo. Porque si yo aparezco en una escena de El Eternauta, quizás otro pibe o piba en silla de ruedas diga: ‘yo también puedo’.”, sostuvo Juan, que al igual que “Juan Salvo” tiene en claro que “nadie se salva solo”. “No era nada más que se me vea a mí. Era que se vea que también podemos estar, que no somos decorado, ni obstáculo, sino parte”.
Y concluyó entre risas: “Hoy estoy regalado. Regalado, pero en el mejor sentido: Agradecido, Contento, laburando, corriendo maratones, dando talleres. Con podcast, con proyectos, con sueños…”.
Fuente: La Naranja Crítica Juan Pablo Regalado en La Naranja Crítica