Jesús. Crítica de Ester Agunin. En busca de la identidad

El conflictivo vínculo entre un padre y su hijo

La película se proyectó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en la selección Oficial de Competencia Latinoamericana y se puede ver On Demand en carácter de estreno en iTunes y Google Play:

Jesús es el segundo largometraje del director y guionista chileno Fernando Guzzoni. Documentalista de origen, su acervada habilidad de observación de lo real se evidencia en este filme, de rasgos netamente neorrealistas.
Con la solidez en las actuaciones principales del joven Nicolás Durán (como Jesús), y de Alejandro Goic (como su padre), la historia desarrolla el drama existencial de la relación entre padre e hijo, teñida de pesimismo y desamparo.

A pesar de que puede relacionarse este relato con el asesinato verídico del adolescente homosexual Daniel Zamudio, el cineasta elige construir una narración desde el punto de vista del victimario. Jesús es un muchacho de 18 años que no estudia ni trabaja, que baila pop coreano, que se droga y emborracha con habitualidad, que practica la bisexualidad, que busca emociones fuertes y se invisibiliza en plazas y parques con otras tribus urbanas, como muchos de sus congéneres.

Este joven, huérfano de madre, busca paliar el abandono cotidiano de su padre con la concurrencia diurna a oscuros tugurios, creando videos de violencia extrema, con acciones de agresión e iracundia junto a su inestable grupo de amigos, tan solos y desorientados como él mismo.

Sin pretender una visión pedagógica, Guzzoni reflexiona sobre lo sexual, lo doméstico, lo emocional, sobre las crisis de las relaciones familiares y amistosas, con situaciones y sensaciones límite, encuadradas en el actual panorama social chileno.

La nueva polis es ahora el espacio público, donde conviven los jóvenes: bailan, tienen sexo, se reconocen, imitan identidades ajenas, y, también, cometen excesos, como el que da lugar al clímax de la película, que concluye en un arrebato criminal, del que no se tiene retorno.

Ante el pánico, la fragilidad de Jesús y la profundidad de su desamparo se agudizan, por lo que comienza un nuevo vínculo de comunicación más próximo con su padre, el que concluye fracturándose en un irreversible infortunio para ambos.
La individualidad endeble de Jesús opera como metáfora de un país en la búsqueda de su insondable identidad.

Javier Erlij

Licenciado en Periodismo, Profesor para la Enseñanza Primaria, Técnico en Periodismo, Critico de Cine. CEO de Cine Argentino Hoy.

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