La aventura de rebootear un clásico a los tiempos que corren parece una proeza: el mundo no persigue las mismas obsesiones que hace 40 años. Las minorías están paradas en otro lugar, la tecnología es parte de la vida a niveles demenciales y las relaciones humanas están en constante actualización. David Gordon Green parece haber estado tildando una lista de ítems a tocar en la nueva entrega de “Halloween”.
Por. Santiago Pagano
El director toma una actitud de medias tintas, claramente decide no hacer un remake, pero también, elige no despegarse del todo del film de John Carpenter. Ignorando todo lo que sea post 1978, regresa a la historia de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), pero incorporando a su hija y a su nieta.
A la otrora final girl carpenteriana, se la ve corrompida por los fantasmas de la noche de brujas en la que casi es asesinada, la cual la llevo a vivir preparándose para el momento de encontrarse con Michael Myers, su depredador. Karen Strode (Judy Greer), a causa del miedo constante de su madre, es criada en una dinámica comparable con un entrenamiento militar, lo cual le hace tomar mucho rencor con Laurie.
El asesino serial del cuchillo será transferido del instituto de salud mental en el que pasó cuatro décadas en la noche del 31 de octubre. Un accidente provocado por él mismo en el micro de traslado lo volverá a poner en la calle para que comience un nuevo desparramo de cadáveres hasta llegar a quien realmente le interesa: Laurie Strode.
Sus crímenes son espectaculares. Sanguinarios como nunca antes, con un gore muy cuidado. Grotesco pero muy bello a la vez. Y los actos en sí, están tratados todos de manera muy distinta: en fuera de foco, con escenas largas de mucha tensión, fuera del objetivo de la cámara o hasta con un plano secuencia que incluye dos asesinatos en dos casas distintas, con un paseo entre los jóvenes disfrazados en el ínterin. El tratamiento salvaje de Myers es el punto más alto de la dirección.
El guión termina siendo del montón. Los diálogos, inverosímiles, al punto de descolocarte en momentos de la película, y, a veces, terminan siendo insalvables por la actuación, sobre todo cerca del final de la película. El calvario de la infancia de Karen esta presentado muy torpemente con letra, cuando las acciones le habrían hecho mucha más justicia para mostrarle al espectador ese arco, muy interesante en un principio, pero dejado de lado llegando al tercer acto.
En lo que respecta al homenaje, un rubro que ningún realizador elude a la hora de llevar adelante a estos films que continúan clásicos inoxidables, tienen un efecto hasta gracioso. Literalmente tiene planos copiados de la Halloween original. Son más que obvios, no busca engañar a nadie, pero en cierto modo, son los momentos que le quitan calidad a la película. La búsqueda de complicidad con el fan.
El mejor homenaje que Gordon Green le podría hacer a Carpenter sería hacer propia su obra, pero hay escenas y chistes que lo repelen totalmente de esa idea, aun teniendo en cuenta las cosas positivas del film.
Halloween es una película realmente entretenida. Es un buen intento de adaptar la franquicia a como se hace el terror hoy en día. La homónima de finales de los 70 es una de las más analizadas, pensadas y debatidas por su segunda lectura, ideología y mensajes ocultos. Desafortunadamente para David Gordon Green, su abordaje no resiste tal análisis.