En Sexo y revolución (2020), Ernesto Ardito pone en diálogo las voces del pasado con las del presente, visibilizando los modos en que las minorías sexuales sufrieron numerosas represiones y diferentes maneras de discriminación en su búsqueda por incursionar en la vida política del país.
Se trata de una narración fílmica en la que no faltan las historias de príncipes azules y teteras. ¿Cuál fue el papel de las minorías sexuales en la militancia de la Argentina de los años ’70 en adelante? ¿Tuvieron el apoyo necesario para su inserción dentro de la vida pública? ¿Qué buscaban instaurar en pos de lograr una igualdad social? ¿Cuáles fueron sus objetivos más genuinos? ¿Cómo eran vistos? ¿Qué generaba su sola presencia? En este trabajo, el director desanda la Historia poniendo el acento en cómo la homosexualidad logró desafiar la represión estatal y desnudar un sistema de explotación instaurado.
En este film, el cuerpo es el protagonista de la trama en tanto conecta las percepciones del plano interior con el exterior. De esta manera el cuerpo se presenta como un texto en el que se inscriben las embestidas sufridas por parte de un Estado que sometió, violentó, discriminó y recluyó a quienes amaban de una forma diferente. Son esos cuerpos los que revelan el lado oculto de una realidad compleja y de un discurso estigmatizante. La película propone un itinerario revisionista en materia de política y militancia, poniendo en valor los logros que las minorías obtuvieron a través de años de luchas y esfuerzos individuales y colectivos. En este sentido, los testimonios resultan estructurantes en la medida que aportan datos certeros que permiten reconstruir un periodo en que se han vulnerado los derechos de toda índole.
En el devenir temporal, Sexo y revolución atraviesa el periodo de la dictadura. Y se cita, por ejemplo, un episodio en que el represor Onganía se enojó en el Teatro Colón porque durante una representación del ballet, la ropa del bailarín marcada sus genitales. Hasta 1973 la homosexualidad fue considerada una enfermedad. Entonces las minorías sexuales eran sometidas a los más diversos tratamientos para lograr curarse.
Estas prácticas implicaron una reducción del cuerpo y del deseo a diversas formas de intervención y manipulación. Todo cuerpo entonces pasó a ser político. Sin embargo, la calle se volvió un espacio donde ejercer una forma de liberación oculta. Así, los baños pasaron a ser una zona donde liberarse sexualmente. Es decir, zonas de paso, donde la sexualidad transformaba la experiencia en una pieza teatral: allí, todo aquel que entraba, cumplía un rol, interpretaba un papel. Como advierte uno de los entrevistados, las teteras constituían verdaderas partidas de ajedrez.
En la cinta de Ardito también se citan acontecimientos del mundo tales como la primera marcha del orgullo gay en Estados Unidos, o bien, la sentencia que halló culpable de homosexualidad a un cineasta ruso en 1974. En el caso de la Argentina, estos hechos se alternan con las voces de Néstor Perlongher y Carlos Jauregui. Estos aportes permiten que la Historia tome forma con diferentes elementos: retazos de escenas fílmicas, grabaciones de audios, fotografías y relatos en primera persona. Un excelente trabajo de montaje que permite mostrar cómo el cuerpo sufrió la violencia del Estado, tildando su deseo como enfermedad.
En suma, la cinta toma como punto de partida los años ´70 cuando en la Argentina las minorías sexuales eran estigmatizadas por la sociedad y reprimidas por el Estado a través de sus edictos policiales. En este contexto, la cultura patriarcal ejerció violencia no solo física sino también simbólica a través de sus lógicas y estrategias, vulnerando los derechos humanos básicos. En clave cinematográfica, este trabajo convierte los silencios en gritos de libertad. Es el cuerpo -propio y ajeno- que marcha en busca de representatividad. Sexo y revolución constituye, sin dudas, en un acto de reivindicación y un homenaje a quienes pelearon por lograr la igualdad social que hoy tenemos.
Se puede ver en plataforma de CONT.AR
https://www.cont.ar/watch/892cf073-9e77-48db-bcfe-bfa29705573f
Actuación - 86%
Arte - 90%
Fotografía - 90%
Guión - 90%
Música - 84%
88%
Sexo y revolución constituye, sin dudas, en un acto de reivindicación y un homenaje a quienes pelearon por lograr la igualdad social que hoy tenemos.