El Festival de San Sebastián en defensa del cine argentino

Una multitud protestó en las escalinatas del Auditorio Kursaal, en un acto de apoyo a la industria cinematográfica nacional, a raíz del desfinanciamiento impulsado por el gobierno de Javier Milei.

Este martes, durante la 72° edición del Festival de San Sebastián, se realizó una protesta masiva en las escalinatas de la sede principal del evento, donde se desplegó una bandera celeste y blanca con la inscripción: “Cine Argentino Identidad”; un modo de visibilizar ante el mundo el severo recorte que enfrenta la industria a causa de las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.

El director del festival, José Luis Rebordinos, encabezó este acto y manifestó su solidaridad con la industria cinematográfica argentina ante la paralización de numerosos proyectos y por el vaciamiento de contenidos. Aunque se presentaron 26 películas locales que promovieron el diálogo entre culturas, el verdadero protagonista fue el reclamo en defensa del futuro de las producciones artísticas.

En ese marco, se sintió el malestar por la resolución 62/2024 firmada por su actual presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Carlos Pirovano, una herida abierta para todos los argentinos:

“Durante años hemos colaborado con un INCAA que ha tenido diferentes colores políticos, desde gobiernos conservadores y liberales hasta otros de tipo peronista”, sostuvo Rebordinos, reconociendo la prominencia de la industria cinematográfica argentina, una de las más importantes de América Latina.

La drástica reducción del presupuesto pone en riesgo las producciones independientes, amenazando nuestra identidad y memoria colectiva. Sin la proyección de nuestras historias, los cines quedarían vacíos de relatos propios y llenos de narrativas ajenas. Es esencial comprender al arte como una inversión y no como un gasto, para asegurar que nuestro patrimonio cultural continúe representando a los argentinos ante el mundo.

La cultura, junto con la ciencia y la educación, es un derecho fundamental que el Estado debe proteger. Como se ha dicho, “la cultura es la usina de símbolos de un pueblo”, por lo que la política actual no debe, en nombre de la “libertad”, amenazar nuestra soberanía ni globalizar nuestra identidad nacional.

Esta situación no es un problema exclusivo de un colectivo determinado; es parte de lo que somos y de lo que queremos seguir siendo: argentinos. ¡Defendamos nuestro cine, nuestra identidad y nuestro futuro!

Andrea Sigal

Periodista y docente del área "Comunicación y Medios".

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