El Apocalipsis ya llegó. Crítica de “Carroña” de Luciana Garraza y Eric Fleitas.

 En el marco del ciclo Las Venas Abiertas del 34º Festival de Cine de Mar del Plata se presentó la película, un festival Clase B de gore, torturas y violaciones, no apto para sensibles. Por Bruno Calabrese.

En un supuesto futuro postapocalíptico, dos niños juegan al fútbol con una cabeza humana en medio de un desierto. Mientras tanto un hombre es asesinado a metros de ellos por una mujer, con el objetivo de robarle sus órganos.

La mujer en cuestión es Tisha, quien a bordo de un Torino reformado recorre el árido paisaje para canjear las tripas por drogas. Desconoce el rostro del miedo y se enfrenta a los desagradables hombres con una brutal violencia. Hasta que un anciana le ofrece un trabajo para ser un caballo de troya en un lugar de tratas. Pero nada sale como se planeaba y todo termina transformándose en una pesadilla gore de violaciones y venganza .

El aprovechamiento del paisaje y la fotografía juega un  papel fundamental a la hora de construir ese mundo postapocalíptico. Escenas de violación largas, filmadas de manera frenética, le da un vértigo mayor al film. Muchas visceras y un fuerte contenido sádico por parte de los dueños del local, hacen un festival gore. ideal para los amantes del género.

Trisha es una especie de Tura Satana, lo que es un digno homenaje al cine de clase B como “Faster Pussycat. Kill Kill!!” con una estética visual cercana a clásicos como “Mad Max” de George Miller. 

“Carrona” transmite pasión y amor por el género. Hecha con pocos recursos, logra el cometido de entretener y perturbar. Pero también es una reflexión social interesante a la hora de pensar en ese futuro postapocalíptico de redes de trata y mujeres asesinadas, un siniestro universo que existe entre nosotros.

Puntaje: 75/100.

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