Casi azarosamente se encuentran dentro del mismo festival, esta ópera prima del uruguayo Emilio Silva Torres “DIRECTAMENTE PARA VIDEO”, con el último trabajo de Néstor Frenkel “Los Visionadores”, con varios puntos en común. Son películas, cada una a su manera, que rinden culto a ese cine clase “B” o fuera del circuito comercial, que tuvo su espacio en las estanterías de los videoclubes, que fueron tan populares durante fines de los ’80 y principios de los ´90 (antes de la llegada del DVD), fenómeno que fue un verdadero furor en su época de apogeo.
Si bien ambas películas pueden dialogar entre sí, el trabajo de Silva Torres inicia como una exposición de la cinefilia curiosa por esas películas de culto de dudosa calidad (“esas que de tan malas, pegan la vuelta y terminan siendo una genialidad” describe, palabras más, palabras menos, uno de los testimonios) pero finalmente, toma otro rumbo diferente, alejado del humor y la comicidad de la película de Frenkel.
“DIRECTAMENTE PARA VIDEO” pone el foco en “Acto de violencia en una joven periodista” película que será el eje de todo el relato y que disparará una profunda investigación a partir de los datos que se van entretejiendo y de lo que brindan los diferentes testimonios (entre los que se encuentran el del actor Daniel Hendler, Santiago Calori –otro punto de coincidencia con Frenkel- y Federico Rotstein) de modo tal que convierte a la narración en un camino detectivesco, para ir atando cabos en función a todos esos datos que van apareciendo.
Si bien se extraña la falta de humor dentro del recorrido del documental, la mirada irreverente frente a estos productos bizzaros, poco a poco Silva Torres se va internando en la obra de un director hoy desconocido, Manuel Lamas, para indagar sobre los modos de producción, la pasión por hacer cine –por más que luego el producto terminado parezca más una obra de consumo irónico que un verdadero producto cinematográfico-, el cine de bajísimo presupuesto y la trayectoria de un cineasta que realizó otros largometrajes, cortos publicitarios y trabajos documentales.
Lo que se inició con un simple curiosidad por la película, se va constituyendo en una profunda búsqueda de aquellos actores que participaron en la película (y que por un misterio inexplicable comienzan a desaparecer y no querer contactarse más con el director), el misterio alrededor de su protagonista Blanca Gimenez, el testimonio de los videoclubistas que compraron en su momento la película y un distribuidor que recuerda con mucha exactitud las ostentosas presentaciones que hacía Lamas en el lanzamiento de su propio material.
En la segunda mitad, Alfonso Tort protagoniza un segmento de ficcionalización dentro del documental que si bien aporta algunos elementos novedosos dentro de la narrativa, luce como un “injerto” dentro del tono y lo que se venía desarrollando dentro de este trabajo. De todos modos, en un tercer acto, Silva Torres retoma el camino y encuentra en un último testimonio no sólo el recorrido y el retrato de este director desconocido que se intenta recuperar, sino además un tono intimista y sensible para la figura de Lamas.
Si el objetivo de “DIRECTAMENTE PARA VIDEO” era llevarnos en un viaje al corazón de aquellos videoclubes ochentosos, lo logra y con creces, porque las imágenes que muestra de las películas de Lamas nos dejan con las ganas de más y la ansiedad de poder disfrutarlas en todo su esplendor.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Guion
Actuación
"DIRECTAMENTE PARA VIDEO” pone el foco en “Acto de violencia en una joven periodista” película que será el eje de todo el relato y que disparará una profunda investigación a partir de los diferentes testimonios de modo tal que convierte a la narración en un camino detectivesco, para ir metiéndose en esa industria que pobló las estanterías de los videoclubes en plenos años '90.