El mundo del espectáculo, la cultura y los argentinos, en general, se vistieron de luto con la partida de Daniel Luis Fanego, un gigante en todo sentido, que falleció a los 69 años. Su vida, marcada por la pasión y el compromiso con el prójimo, es un legado que perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocer su obra y su espíritu.

Desde su debut en 1978 con Doña Rosita, la soltera, Fanego se convirtió en un referente del teatro, la televisión y el cine argentino. Su talento brilló en producciones memorables como Resistiré (Telefe, 2003), donde recibió su primer Martín Fierro, así como en Luna de Avellaneda (2004), El fausto criollo (1979), Desde el abismo (1980) y Los amores de Laurita (1986), entre tantas otras.
En teatro actuó en innumerables obras como La lección de anatomía, Doce hombres en pugna, Pareja abierta, Tributo, El misántropo, Vuelo a Capistrano, Un día muy particular, y Porteños. También se destacó en producciones como Idénticos, Jugadores y Modestamente Fanego.
Su último rol televisivo fue en El Primero de Nosotros, donde interpretó a Ernesto, el padre del protagonista protagonizado por Benjamín Vicuña. Este trabajo le valió su último Martín Fierro en la categoría de actor de reparto, sumándose al reconocimiento que había obtenido en 2003 por su participación en Resistiré. Otros programas en los que participó exitosamente en el papel de villano, fueron: El Rafa, Culpables, Los Machos, El marginal, El Elegido, El reino, Mujeres asesinas y El jardín de bronce.
La Asociación Argentina de Actores, de la cual era afiliado y ex dirigente, lo describió como “uno de los actores más queridos y premiados de su generación”. Su compromiso con la cultura y la memoria colectiva se hizo evidente a lo largo de su carrera.
En su discurso tras recibir el Martín Fierro en 2023, subrayó la necesidad de “tener ficción de aire, eso es muy pero muy importante”, un llamado de atención en un contexto marcado por la creciente importación de novelas y producciones extranjeras, que amenaza la producción nacional y refleja aún más el desfinanciamiento del INCAA.
Fue el mismo que no pudo dejar de señalar en la actual coyuntura, que “el avance de la nueva ultraderecha en el planeta es tremendo”, lo que se evidencia en el creciente apoyo a ideas de segmentación social que ignoran la discriminación y el sufrimiento de las mayorías. Este fenómeno también se ha observado en Argentina, donde la polarización política y social se intensifica día a día: “No podemos permitir que se olvide lo terrible, el dolor que dejaron en el pueblo”, advirtió el actor.
Fanego demostró a cada paso una profunda conexión con las causas sociales afirmando que “El camino solo se termina cuando se deja de caminar”. En 2016, formó parte de “Idénticos”, un movimiento teatral que reunió actores, dramaturgos, directores, coreógrafos, técnicos y productores, comprometidos con la misión de hacer propias las búsquedas de las Abuelas de Plaza de Mayo, las que durante más de tres décadas, han buscado a más de cuatrocientos jóvenes (nietos) cuya identidad ha sido cambiada.
Fue el fundador de Teatro x la Identidad, un compromiso incansable con la Verdad y la Justicia: “Nosotros acompañamos esta tarea de búsqueda de ellas, aportando un lugar de reflexión para conocer lo que nos sucedió en esa época de terror”. La entidad expresó su homenaje a través de emotivas palabras: “Hoy nos despedimos de quien impulsó nuestro nacimiento y nos acompañó en cada paso. Aquel que disfrutamos y que nos inspiró a resistir. Daniel, compañero del alma, siempre serás parte de nosotros”.
Las despedidas de las personas imprescindibles son, en realidad, un “hasta pronto”, un compromiso para continuar con sus legados. La desaparición física de Fanego no detendrá sus pasos ni aquietará su camino; habrá muchos otros que irán tras su sueño -casi utópico- de lograr una sociedad más justa, más humana y más equitativa.