El sábado 21 de mayo, se presentaron en el Auditorio de la Comic Con, los directores y directora Daniel de la Vega, Gonzalo Calzada y Laura Casabé. Allí dieron una charla – moderada por el escritor y guionista Luciano Sarasino- en la cual contaron cómo es dirigir cine de terror en nuestro país. Además, hablaron sobre sus futuros proyectos y contestaron preguntas del público.
UN CAMINO UN POCO LARGO…
Tras los trailers de “Los que vuelven” de Laura Casabé (2019) y de “Nocturna: la noche del hombre grande” de Gonzalo Calzada (2021), Daniel de la Vega (“El Tercer Día”, “Necrofilia”) toma la palabra para explayarse acerca de lo que fue el arduo camino para llegar hasta lo que hoy es el cine de género de terror. “Durante muchos años nos costó mucho trabajo poder llegar a este lugar y tener apoyo para poder contar las historias que queremos y llegar a la gente” afirma Daniel. Asimismo, agrega que el género de terror en Argentina no existía hace unas épocas, ya que no es muy típico de nuestra cultura, pero que “fue construyéndose con el tiempo a través de artesanos, de creadores y de gente que tuvo fe y creía en este tipo de cine. Ha sido un camino un poco largo”.
De esta manera, el terror fue evolucionando hasta convertirse en algo que, para el espectador, ya es más común de ver en cartelera. Sin embargo, Gonzalo comenta que fueron bastante “apedreados”.
LOS PREJUICIOS Y DIFICULTADES
Muchas veces sucede que se cree que “por ser una película argentina, seguro es mala”. A eso agregarle el prejuicio por el género fantástico o de terror, ya que, “Dirigir cine de terror siempre es un poco más difícil porque hay que hacerle creer a la gente cosas increíbles, y esas cosas increíbles que suceden en la pantalla tienen que ser verosímiles, tienen que convencer al que se sienta y diga ‘esto me lo creo’ y conmueve” afirma Gonzalo.
¿Por qué hacer algo que sólo hacían los americanos? ¿Por qué imitar un género que trasciende nuestras posibilidades?; son preguntas que Daniel plantea y que responde con “Era una prejuicio muy grande y creo que en ese sentido hemos sido participes de esta construcción colectiva de llegar a contar historias que queríamos que nos representen y no estábamos viendo en las carteleras. Es un espacio de lucha y de conquista y que hoy por hoy podemos seguir construyendo”. Por otro lado, cree que una de las más grandes dificultades de hacer terror es ser absolutamente honesto aunque esté contando algo que es mentira.
Por su parte, Laura coincide y agrega acerca de “hacerlo (al cine) concretamente” y de cómo hacer para que realmente lo que están mostrando tenga fuerza. “Los presupuestos son más complejos (…) a veces el terror va acompañado de efectos especiales y todo eso es un trabajo finísimo. Cuidar ese verosímil es un trabajo muy fino también que para mí como directora es una permanente negociación. Una cuestión de tomar las posibilidades y limitaciones, ver hasta dónde podía llegar, lo que no podía funcionar ver como contarlo de otra manera, y en ese sentido las limitaciones me han resultado sumamente positivas porque me permitió acercarme de otra manera. El desafío es no bajar la vara ni un poco”.
¿EXISTE UN TERROR ARGENTINO?
A sala llena, Luciano Sarasino -host y moderador- comenta que el género de terror es interesante y es parte de un asunto; una victoria. Daniel de la Vega responde: “Venimos a encontrar eso que queremos ver y el genero un poco propone eso, la posibilidad de encontrarse con ese cine que por ahí no nos representa, pero que, de alguna manera, empezamos a construir en nuestra propia cultura, en nuestra propia identidad, ese espejo que nos pertenece que nos refleja. Nosotros como realizadores tenemos una responsabilidad que es construir también parte de nuestra identidad cultural”.
Laura sostiene que “No se si me animaría a hablar de un terror argentino. Es mas un terror latinoamericano. Quizás Argentina es uno de los países que mas produce cine entonces es natural que haya mas cine de terror argentino. Pero yo siento que lo que hay es (…) un terror de esta parte del mundo que muchas veces, por lo que es nuestro propio bagaje, tiene mezclado cuestiones norteamericanas pero que también, por otro lado, está fusionado con nuestro universo. Entonces en ese sentido sí creo que hay un terror identitario”.
Gonzalo, por su parte, agrega una cuestión muy interesante que es la Literatura. Escritores como Horacio Quiroga, Julio Cortázar y Jorge Luis Borges nos han dejado un legado muy fuerte con mucha identidad. Y cree que el cine está, de a poco, llegando a eso. “No sé si es una marca el cine argentino de terror. Es una búsqueda, pero es una búsqueda que ha crecido muchísimo y hoy no le tiene miedo a pelear con las producciones de afuera. Lo que necesita es un poco más de este espacio (refiriéndose a la sala), esto que está ocurriendo acá, que de golpe encuentre ese publico que tiene interés por verlo”.
UN CINE COMBATIVO, UN CINE DE RESISTENCIA
Recorriendo la recta final de este encuentro, Gonzalo plantea que dirigir terror sigue siendo un experimento pero que siempre fue un cine combativo. Un cine contra la cultura del establishment y que continuamente se puede hacer. Daniel alega que el cine de terror es la resistencia. Es “exponer aquellas cosas que muchas veces no son las habituales ni las que queremos ver. El terror juega precisamente con aquello que nos es incomodo, por eso tampoco es tan aceptado desde ese lugar.”
Para finalizar se abren las preguntas del público:
¿Cómo es dirigir terror en argentina?
Daniel: Es una experiencia que construyo día a día. El cine es una adicción para mí. En mi caso, dirigir terror en Argentina es un deber pero no porque me representa, sino porque de alguna manera estoy dialogando con el niño que yo fui y ese chico estaría orgulloso de mí. El horror nos conecta, operando siempre con ese espectador que fui yo, que veía esas películas y le gustaban tanto y tratando de siempre de congraciarse con él.
¿Cómo es el trabajo de trabajar con el monstruo y los actores para generar ese terror que traspasa la pantalla?
Laura: No he tenido demasiados trucos en el sentido de cómo abordar con los actores. Yo creo en los actores, en trabajar con actores completamente y tiene que ver con charlar con ellos. Hay algo de construir el escenario. En el caso nuestro, justo esta peli (Los que vuelven) lo que tiene fue que estar en la selva permitía y ayudaba muchísimo a los actores a sugestionarse. No se si tiene una formula concreta, creo que se va viendo según el caso y hasta dónde pueden llegar los actores. Muchas veces tiene que ver con hablar con los actores sobre lo que se está buscando.
Gonzalo: El actor argentino no estaba habituado de golpe a interpretar a un poseído o un fantasma. Yo lo que aprendí es que no hay un método. Es saber leer el método oculto que tiene el actor. Entonces hay algo de la intuición que te vas dando cuenta cuando decís “este lo tiene y se como llevarlo”. En Nocturna, en lo único que me concentré fue en generar una intimidad que después fuera creíble cuando se viera. Ese es el trabajo y después el resto es respetar la energía o la fórmula que tiene cada uno, cuando vos lo queres forzar no funciona.
Daniel: Cada película tiene una forma. No existe una formula. Entonces uno siempre trabaja improvisando. Uno se puede encontrar con un actor sumamente maleable, creativo, que te da todo y otras veces es un psicópata que te va a ignorar toda la película. Uno tiene que estar preparado porque está a merced de un montón de situaciones que uno tiene que manejar. Son un montón de técnicas que uno hace a la forma que vos tenes para conducir. Es un hecho social dirigir cine.
¿A qué festivales apuntan? Y ¿A qué tendencia ven que se va el terror o a que subgénero?
Laura: Existen muchísimos festivales especializados en géneros. Es cierto que es contra cultura el terror y que es resistencia. Pero también es cierto que hay una tendencia interesante, será porque de verdad estamos frente al fin del mundo, viviendo una situación de tanto desasosiego, que yo lo que veo es que este género esta creciendo cada vez más y metiéndose en lugares que antes quizás era mas difícil pensar que sucediera.
Gonzalo: El mundo esta dividido en dos: Disney y después quedamos nosotros, el resto. En el resto, en esta periferia, está esta pelea contracultura. Hay un cine de genero de terror que forma parte del establishment que tiene muy buenas películas y muy malas, y también hay un cine de nicho o indie que pelea que también tiene muy buenas películas pero también tiene películas locas. Los festivales ayudan y hoy, a falta de espacios y pantallas, son un lugar muy importante. Primero porque es un lugar de encuentro y el cine es encuentro. Segundo te permite exhibir la película y ver posibilidades de negocio, que puedas viajar y presentarla.
¿Están en algo? ¿Están produciendo, realizando?
Gonzalo: Yo estoy por hacer con él (Daniel de la Vega) una película de fantasmas. Se llama “Hambre”, por ahora no puedo decir más que esto.
Laura: Yo estoy en desarrollo. Terminando de encontrar la financiación de una película sobre dos cuentos de Mariana Enriquez. Si todo va bien, espero estar filmando el año que viene.
Diego: Yo estoy editando una película y por suerte pude venir acá. Estaba atrapado en mi neurosis así que agradecido por este espacio que me han brindado de liberación. Ahora puedo volver con mas energía.
Hacer cine de terror es un acto de resistencia, de rebeldía, de aguante.
