Cuando la mayoría de quienes concurren al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata están pensando en descansar y recobrar energía, una pequeña, pero fiel, minoría se reúne todos los días a las 00:00 para consumir el mejor cine de género. La sección Hora cero es sinónimo de trasnoche, llenas de terror, acción, ciencia ficción. Come true de Anthony Scott Burns cumple los requisitos para formar parte de este evento, haciendo fuerte hincapié en los traumas del sueño y los terrores nocturnos.
Todo comienza con una adolescente llamada Sarah que además de no querer dormir en su hogar, sufre problemas para conciliar el sueño. Por este motivo decide anotarse en un misterioso experimento sobre el sueño, a cambio de dinero. Los integrantes del equipo científico deben mantener oculta la intencionalidad de la investigación. A las pocas noches, Sarah se percata de los efectos secundarios del proceso. Iniciando así una trama llena de sorpresas y giros argumentales.
El espectador se ve envuelto en una atmósfera asfixiante, al mismo tiempo que aprende sobre las etapas del sueño. Debido a un manejo de los tiempos magistral, en todo momento pareciera que algo va a explotar, manteniendo las expectativas y los nervios a flor de piel. Ello no es justificativo suficiente para la implementación de recursos de la clase del Deux ex machina en el guión. El problema del efecto M. Night Shyamalan en primer lugar es que ya dejó de funcionar, y si está mal realizado se nota al instante.
Para representar las secuencias oníricas, realizaron animaciones 3D que parecieran pertenecer a un Walking Simulator, sin que esto sea en desmedro de su calidad. Las criaturas, unas sombras humanoides de las cuales resaltan sólo sus dos ojos blancos, y los ambientes recreados resultan realmente terroríficos y reales. Como también lo hace la actuación de Julia Sarah Stone, quien interpreta a Sarah. Su personaje es quien más sufre los tormentos de las criaturas.
Posee el espíritu, de haberse estrenado en otro tiempo, de ser recomendación de videoclub para aquellos que deseen pasar la noche en vela. De no ser por un traspié sobre el final, al cual se le puede hacer la vista gorda y quedarse con lo visto hasta ese momento, Come true de Anthony Scott Burns bien podría ser una película redonda para ver un viernes a la noche.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Calificación
Posee el espíritu, de haberse estrenado en otro tiempo, de ser recomendación de videoclub para aquellos que deseen pasar la noche en vela. De no ser por un traspié sobre el final, al cual se le puede hacer la vista gorda y quedarse con lo visto hasta ese momento, Come true de Anthony Scott Burns bien podría ser una película redonda para ver un viernes a la noche.