El año pasado Matías Szulanski se hacía cargo de la apertura del BAFICI. Este año forma parte de la Competencia Oficial Argentina del 25 BAFICI con “Berta y Pablo”. Una propuesta diferente a la del año pasado, mucho más musical e intimista.
Contará con otras dos funciones en el Cultural San Martín (Sarmiento 1551) el día 25/04 a las 12:20 hs. Y otra en el mismo complejo el día 26/04 a las 14:25 hs.
Tras la muerte de su abuela, Carolina viaja desde Montevideo a Buenos Aires para ver si consigue llevarse algo. Además lo usa de excusa para tomar distancia de su pareja, buscando tiempo antes de responder a una propuesta de matrimonio. Se queda en lo de su amiga, con la que grabara unas canciones. O al menos esos eran los planes, antes de descubrir que su abuela se escribía con una clase de amante a través de unas dedicatorias en los libros de Salgari.

Nos encontramos con una propuesta diferente por parte de Matías, alejándose un poco de la comedia clara y coqueteando con el drama. Además de un apartado técnico algo más desprolijo, salvaje. La cámara sale a la calle y se adapta a ella. El sonido no es del todo limpio, la urbanidad deja su marca en el. Si los colectivos pasan por el plano, quedará así, si las personas tapan el plano, lo mismo. Impregnando la película de un espíritu independiente.
Retomamos además, el descubrimiento de secretos a través de mensajes encriptados en objetos analógicos. La búsqueda del tesoro, por los libros de Salgari editados por Robin Hood toca una fibra de nostalgia. ¿Quien no tuvo uno de esos en su casa? Redescubrir a un pariente mediante un camino de migajas, que termina en un bello mensaje. Manejando correctamente los niveles de ternura.
“Berta y Pablo” de Matías Szulanski, tiene alma de película personal. Un tipo de historias que solo se pueden contar si quienes las hacen ponen sus sentimientos y vivencias en juego. Sumado a las divertidas canciones que canta la protagonista, las cuales efectivamente se parecen en parte a las de Daniel Johnston.





