“Vicenta”. Crítica

La nueva película animada de Darío Doria nos lleva a reconstruir, mediante muñecos de plastilina, un caso real que se dio en el año 2006, que tiene como protagonista a Vicenta Avendaño.

Vicenta es una mujer analfabeta de 54 años, que vive en lugar muy humilde en Guernica, provincia de Buenos Aires. Ella vive con su hija menor, Laura, de 19 años, pero que padece un retraso madurativo, el cual hace que ella tenga la capacidad mental de alguien de 8 años. Lamentablemente, Laura, sufre una violación por parte de su tío y Vicenta, luchará para poder conseguir la interrupción legal del embarazo de su hija, haciendo un camino muy largo y extenso, mostrando lo que tuvieron que vivir para conseguirlo.

“Vicenta” se encuentra bajo la dirección, fotografía y edición de Darío Doria, guion de Luis Camardella, Florencia Gattari y Darío Doria, dirección de arte, maquetas, dibujos, diseño y realización de personajes estuvo Mariana Ardanaz, en el sonido Federico Esquerro, musicalización por parte de Ezequiel Menalled, con la voz en off de Liliana Herrero y producida por Felicitas Raffo, Pamela Livia Delgado y Virginia Croatto.

El film encara el caso que se dio a conocer en el año 2006, que tuvo como protagonista a Vicenta Avendaño, quien luchó contra la burocracia judicial, las incontables negativas de los médicos, los sectores más conservadores e incluso la oposición de la iglesia, para poder conseguir que su hija aborte, producto de una violación.

La película está narrada con una voz en off, contando de principio a fin todo lo que hace Vicenta para poder liberar a su hija de algo que jamás pidió, sumando la condena social y la obligación judicial que pusieron sobre sus hombros, habiendo dado las incontables justificaciones para evitar que el embarazo continúe.

En ocasiones el relato es muy lento, incluso con un tipo de narración con palabras algo rebuscadas, las cuales hacen que se pierda la atención a lo importante, pero que está muy bien acompañada con sonido del ambiente, que parecen pasillos bulliciosos, ruido cotidiano en lugares muy concurridos, induciéndonos a lo que sufre Vicenta, poniéndonos en su lugar.

La animación es excelente, el trabajo y los detalles de todos los objetos que rodean a los personajes y su ambientación son impecables. Aunque las figuras no tengan movimiento, el detalle puesto en la escenografía para hacerlo lo más detallado posible compensa la inmovilidad de los protagonistas. Vale aclarar, que por más estáticos que estén los personajes, su entorno no lo está, hay viento, lluvia y mucho sonido de ambiente. En fin, una excelente dedicación y trabajo por parte Mariana Ardanaz. 

En resumen, Vicenta nos muestra cómo una injusticia, la cual muchas personas no pueden ver, debido a la inacción por parte del Estado, lo mediático que lo vuelven, las promesas que jamás se cumplen y la ineficacia e incluso el comportamiento adrede de los juzgados, que sufren las personas que no pueden valerse por si mismas, buscan donde nadie busca y logran, mediante una extensa pelea, conseguir lo que puede llegar a ser un cambio a futuro para construir una sociedad más justa.