Esta semana la cartelera de www.cinea.ar/play se renueva con un estreno federal, “SELVA” del productor neuquino Iñaki Echeberría, filmada completamente en Misiones con actores locales.
Segundo largometraje de Echebarría (su primer largometraje fue “Érase una vez en la Patagonia” -2016-), la trama de esta nueva historia focaliza en Joao, un niño que vive en plena selva y que es cooptado por un ejército que invade su pueblo y arrasa con todo a su paso, obligándolo a vivir una vida completamente diferente a la que llevaba y a cumplir las reglas propias de la agrupación.
Justamente la riqueza del guion de Luis Serradori permite al mismo tiempo seguir la historia a través de su eje rector que es todo aquello que le sucede a Joao a partir de su “secuestro” por parte del ejército de La Paz, pero lo interesante es la forma en que se presentan los acontecimientos y sobre todo, los detalles que van rodeando a este personaje central, los que permiten establecer diferentes lecturas e interpretaciones, cuyas capas se van develando a medida que avanza la trama.
Por un lado la división que uno de los personajes hace explícita entre la ciudad que representa a la civilización y “el otro lado del río” donde pareciera habitar una cultura completamente diferente, con sus propias reglas y sus propios códigos morales. Esa ciudad que se erige como un ícono de la cultura capitalista versus la libertad de la naturaleza y la ley de la selva.
Por el otro, la llegada del grupo invasor que se autodenomina como “los rebeldes” y viven con naturalidad ciertos actos de violencia y de extrema crueldad que llevan adelante reforzando una estructura machista y misógina que irá marcando a Joao.
Lo más sobresaliente es ese paso que Joao deberá hacer, abandonando la niñez y convirtiéndose, poco a poco, en uno de esos hombres. Lo hará atravesando diversos ritos de iniciación que se van marcando a lo largo de las escenas: desde un corte de pelo en donde su mirada hace pensar en un periodo de niñez completamente evaporado, hasta la provocación al consumo de alcohol, cigarrillos o drogas, que van marcando sus nuevos territorios.
Ese tránsito abrupto y traumático, se va marcando cada vez más a través de las diferentes escenas en donde también cobra suma importancia su introducción al ambiente del burdel que desembocará en una iniciación sexual prematura y obligada.
El capitán Estanislao (un personaje a cargo de Edgardo Castro que demuestra una vez más su versatilidad para transformarse en cada trabajo, en personajes completamente diferentes) será quien lo someta a esos “rituales” que marcan el paso a la adultez aun cuando sea extremo hablar de un universo adulto con la edad que tiene el personaje, pero que se sustenta en ese cambio tan extremo que vivencia Joao en todo este tránsito.
Con una pequeña participación en el filme, Victor Laplace tendrá a su cargo una de las ideas rectoras del filme cuando diga que “niños y bestias se confunden” y sobre todo cuando en ese momento Joao le conteste “yo no soy niño” y marque la aceptación consiente de que la etapa de su infancia, de su niñez, ya ha sido completamente arrancada de su vida.
El gran hallazgo de “SELVA” es el profundo trabajo de Joaquín Scholler en el rol de Joao, que le regala la profundidad de su mirada a la cámara, en momentos donde su rostro transmite la desesperación y la desolación para ese momento absolutamente límite que está atravesando. Sus escenas junto a Castro tienen una química perfecta y construyen un potente verosímil difícil de lograr dado que es una relación atravesada por la violencia, que naturalmente logra ese in crescendo que plantea la trama, en donde los personajes juegan cada vez más cerca de sus propios límites.
Conviene, por supuesto, no develar mayores secretos en cuanto a la resolución de la historia, sólo afirmar que “SELVA” sorprende favorablemente no solamente por el tono comprometido de la historia sino porque permite que el espectador vaya construyendo su propio significado para una historia con una gran cantidad de detalles que abren diversos temas de interpretación y que nos va conduciendo lentamente a un final impactante que abrirá nuevamente el debate sobre la sociedad en que vivimos y las estructuras de poder.
Una historia fuerte, armada con un relato que trata de escapar de lo convencional, de la mano de Echeberría que marca una fuerte diferencia dentro de los directores de su generación, sin temer a tomar riesgos, generando ese clima de devastación de la infancia que, al mismo tiempo, permite internarnos en otros temas propios de la condición humana.
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Guion
Actuación
Un guion que permite encontrar múltiples temáticas hacen que el nuevo trabajo de Iñaki Echeberría "SELVA" sea sumamente interesante, potenciado además por dos brillantes actuaciones de Edgardo Castro y la revelación de Joaquín Scholler.