Desde hace ya varios años el dice de género español viene dando que hablar, de la manera más positiva posible por supuesto. Una nueva camada de directores siguieron el camino abierto por el bestial Alex de la Iglesia y comenzaron a tramar historias de lo más perturbadoras. Es el caso de Albert Pinto y su segunda película “Malasaña 32”. El director en esta ocasión indaga en el siempre interesante subgénero de casa embrujada. Así pues le vale para ocupar este 11 de febrero las salas de cine recientemente abiertas, traída por BF Distribution.
Buscando un nuevo inicio Manolo y Candela se mudan a la capital, Madrid, junto con sus tres hijos y el abuelo Fermin. El sitio es el barrio de Malasaña que le brinda el título a la película. Un país en plena transición política tras la muerte de Franco, pareciera ofrecer muchas más oportunidades. El único problema es que la familia Olmedo no sabe que la casa en la que se están instalando no está deshabitada. La convivencia no será fácil, pero será extremadamente terrorífica.
Si hay algo que le gusta al cine de terror más que brindar buenos sustos, son las referencias a obras precedentes. Pinto elige llenar su obra de inspiraciones o similitudes con películas anteriores, desde Amityville, Poltergeist o la compatriota Veronica. Generando así una primera parte muy sólida, donde se marca el clima, tono y ritmo que tendrá el audiovisual. Lo cual lamentablemente deviene en una debacle, cayendo en varios lugares comunes ya vistos muchas veces antes en producciones encasilladas en dentro de este subgénero. Puertas y ventanas que se cierran solas, luces que se apagan y ruidos tétricos que nunca pueden faltar.
Nobleza obliga, no tiene nada que envidiar a la sobre poblada industria de sagas hollywoodense. Sin grandes búsquedas formales, o acabados elegantes, se las arregla para no depender de la eterna búsqueda de eternos momentos de tensión o jumpscares, en la admirable cantidad de sustos que aparecen a lo largo de la trama. Y si bien el final puede resultar acelerado o forzado, viene en concordancia con lo visto hasta ese momento, sin desentonar en absoluto.
No debemos esperar que Malasaña 32 de Albert Pinto sea la obra maestra del cine de género español. Pero si hay que otorgarle el mérito de ser una de esas películas que nos llevan a la sala de cine y nos brindan una experiencia entretenida. Llena de buenas ideas que contabilizamos como promesas para futuras realizaciones del director.
Calificación
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
No debemos esperar que Malasaña 32 de Albert Pinto sea la obra maestra del cine de género español. Pero si hay que otorgarle el mérito de ser una de esas películas que nos llevan a la sala de cine y nos brindan una experiencia entretenida. Llena de buenas ideas que contabilizamos como promesas para futuras realizaciones del director.