Existen ejemplos en el cine en el que juntar el talento de dos grandes figuras puede ayudar a mejorar una película. Este es uno de esos casos. Secretos de un escándalo es un film dirigido por Todd Haynes que se estrena el 29 de febrero.

Elizabeth (Natalie Portman) es una exitosa actriz de televisión que es contratada para realizar una película independiente. Su papel está basado en un caso real ocurrido años antes en el cual Gracie (Julianne Moore, Maps to the Stars), de 36 años, se enamora y forma una familia con Joe (Charles Melton), un chico de 13. La investigación de la intérprete desafiará tanto sus límites como los de la relación entre Gracie y Joe.
A partir de la trayectoria de Natalie Portman y Julianne Moore, no sorprende la capacidad actoral de ambas. Ellas supieron cómo mantener el clima de tensión necesario para atrapar al espectador durante las casi dos horas de cinta. El triángulo lo completa Charles Melton (Riverdale) que, como Joe, entiende los conflictos y los traumas de una persona que tuvo que madurar a la fuerza y es de las interpretaciones con mayor desarrollo en el proyecto.
Entre el melodrama y el thriller
Con todo lo que ocurre, no es fácil colocar a la cinta en un género específico: por momentos es un drama, en otros, un melodrama típico estadounidense (al estilo Days of Our Lives), y también puede ser un thriller cuasi psicológico. Esto no es un defecto, pero tampoco puede considerarse una ventaja.
Más allá de los climas que logra, la meticulosa atención a los detalles y los talentos protagónicos, Secretos de un Escándalo no llega a sacarle provecho a su verdadero potencial. O sea, no sale de la tensión constante, del conflicto entre ambas mujeres, y tampoco indaga en lo polémico del suceso que da origen a la película dentro de la película. Se disfruta, pero no más.
Calificación
Dirección
Montaje
Arte y Fotografia
Música
Actuación
Secretos de un escándalo sabe cómo mantener el clima de tensión a lo largo de la cinta. Las actuaciones de Natalie Portman y de Julianne Moore ayudan bastante en este sentido. Después, es una película que no logra despegar y por eso no se le saca provecho a su verdadero potencial.