Durante la entrevista nos comentó de donde surgió el titulo, sus pensamientos acerca del mensaje que el filme busca entregarle al espectador y cómo creó la historia junto con la protagonista, Mercedes Morán.
¿Cómo es este proceso de trabajo junto con Mercedes Morán?
– Nos conocimos y empezamos a buscar un proyecto para desarrollar juntos. Le di un texto de una novela que sigue inédita y ella me dijo: “Mirá me gusto, pero me interesa esta parte de la novela” y a partir de esa parte empezamos a elaborar una sinopsis y un desarrollo propio hasta que yo le dije, esta película la tenemos que escribir juntos. Empecé a entender que Mercedes estaba empezando a soñar una película que la representara en cada fotograma y me pareció que era una manera de bancar eso escribirla juntos y para mi fue un placer.
Es una actriz que tiene horas y horas de haber leído programas, teatro. Posee Mercedes un kilometraje tan hermoso para sumar a un proceso de escritura como guionista una persona con tanta experiencia lectora de tantos libretos. Cada lpasada del guión fue un proceso que tiene el regalo de un vínculo creativo muy poderoso y de aprendizaje.
¿Cómo fue la punta de lanza de este mundo de mujeres que nos acompañan?
– Son un poco mi mamá y sus hermanas, yo crecí en una ciudad del tamaño de “Las Tucas“, que es el mundo este que inventamos para Norma. Nos divertimos mucho con Mercedes inventando nombres para las cosas.
Son las tías, las mujeres que me han criado y a su vez también las mujeres y la familia del mundo de Mercedes. Yo le digo que hicimos un monstruo de dos cabezas, porque Norma es mitad mercedes y mitad mía, en la literalidad, desde el guión, de lo que hacíamos en la escena desde ella con el cuerpo y yo detrás de cámaras. Entonces hay algo como de poner en un arco donde parece bastante clásico de la creación de un personaje mucha de nuestras subjetividades, nuestras mujeres de las que nos han criado y de Mercedes que ella tiene hijas que ha maternado también.
Hay un gran empoderamiento femenino en la película, ¿no?
– Si, hay algo de pensar que elementos necesitaba una mujer para recuperarse con su propia fuerza sin necesitar de un hombre o tampoco necesitar de otra mujer. A la vez, le surge como necesidad en este nuevo mundo al personaje pertenecer a una nueva comunidad, porque no existimos sin una comunidad. Entonces había algo de que ella tenía que salir de un mundo y entrar en otro, y este otro universo era con otra gente, con gente diversa, con con otra manera de pensar, con otros hábitos y costumbres. Norma no dice que tiene que hacer una mujer porque se le abren diez puertas y no la vemos lanzarse a ninguna, es el momento en el que se abren posibilidades en la vida, no el momento en el que decidís cuál de todas es la tuya.
Entonces es el momento de demostrar el mensaje de que una mujer después de los 50 y pico, 60 años pueda seguir siendo deseante, seguir preguntándose: “¿Qué pasa conmigo?” En un momento en una época del cine donde ocupaba un lugar muy importante, hablo de las divas de Hollywood en la década del 50 y entonces al poner en el centro esta historia y este personaje vuelven a aparecer toda una serie de preguntas y todo un universo que nos relaciona con autores, películas y cineastas que nos encantan.
En la película hemos citado a David Lynch, Ozu para filmar los planos frontales de los personajes porque yo quería lucir al elenco y Ozu tiene este método de filmar a los actores de frente y me pareció muy iluminador a la hora de revelar la actuación. Por un lado tiene algo abstracto el mostrar al actor de frente y al mismo tiempo es una manera de poder registrar su emoción con máxima profundidad.
¿El tema del título ‘Norma’ es porque ella se atreve a desandar esos caminos de los mandatos?
– Exacto, el guión durante mucho tiempo se llamó “Normalmente Norma“
Entrevista exclusiva con Mercedes Morán y Lorena Vega