La película pone sobre la mesa las consecuencias directamente relacionadas a la maternidad que complican a la mujer, desde su desarrollo e independencia económica, hasta la noción de libertad y sufrimiento. También cuestiona si el deseo que se despierta en las mujeres es genuino o es consecuencia de un sistema que sostiene que eso es lo que las realiza y que presiona a aquellas que deciden no hacerlo.
La voz en off de Marina nos va guiando en su deconstrucción. Con imágenes de archivo y entrevistas a referentes que reflexionan y problematizan la maternidad, la directora se mete de lleno en el feminismo y hace foco en los movimientos en tres países (Argentina, Noruega e Italia). La película visibiliza que la violencia sobre las feminidades afecta al mundo de formas muy similares, pero también rescata los logros ganados en diferentes partes del mundo.
El largometraje busca mostrarnos la búsqueda del camino propio de la directora, dejando en claro que el contexto no es independiente de esa búsqueda. Es por eso que es necesario un camino político de reflexión, porque, como repite Marina “Lo personal es político”.
Puntaje: 70/100