Eramos tan flacos: eran los noventa, era el menemismo, era el orden fiscal, era la lucha universitaria, era la lucha contra la policia, era el fin de la historia. ¿Era?. Un relato muy necesario para entender un poco el presente y lo necesario del rol de la universidad no solo como casa de estudio sino como un actor determinante en las decisiones del país.
“¿Qué? ¿Estás grabando Carlitos?. Mirá la huevada que graba. Tenemos un solo cassette y se pone a grabar huevadas”. Esa grabación de los compañeros de Carlos Castro envejeció muy mal. Pero ninguno de los allí presentes imaginaba que esas filmaciones en vhs serían la imagen de un documental luego de treinta años. Y es que Carlos Castro graba. Graba la ciudad de La Plata y graba la Universidad. Le prestan una cámara y nunca se despegaría de ella.
Graba asambleas estudiantiles; Gente hurgando en la basura; Tomas de terrenos, donde por ejemplo, aparece Teresa Parodi cantando para la gente. Pero lo esencial para Carlos pasa en la universidad. Ante la primer experiencia del Carlos Castro universitario frente a la cámara se lo ve poco cómodo y con ganas de dedicarse a la edición. Y no solo editó, fue la voz en off en el relato, entrevistó a sus ex-compañeros de militancia, buscó material de archivo, MUCHO material de archivo. Y por supuesto puso el cuerpo.
“Leo todo lo que puedo, discuto con mis compañeros de cursada, me invitan a reuniones semanales que luego son jornadas de mesa en los pasillos pintando carteles y repartiendo volantes”. Así Carlos comienza a militar en la universidad de La Plata. Los pasos a seguir para un militante promedio de los años noventa son: ser buen estudiante para ser referente en el aula, consumir lecturas de los años setenta, muy de moda en ese momento, asistir a todas las marchas posibles, curtir un barrio para hacer trabajo solidario y en el mejor de los casos juntar plata e irse de mochilero. El va llenando todos los requisitos mientras lleva a cuestas su cámara y nos relata el clima de la época. El neoliberalismo menemista y la universidad como bastión de contracultura ante el pensamiento general.
El actual contexto tan parecido a esos momentos genera cierto escalofrío al ver la represión.Un dia de verano, Hebe de Bonafini y las madres de plaza de mayo acompañan la lucha de los estudiantes y buscan liberar a los que quedaron detenidos en una asamblea donde se iban a tratar los estatutos. El pañuelo blanco de las madres ensangrentado por un golpe de la policía hacia Hebe. The Rati Horror Show.
Gases, corridas, palos. El clásico accionar de las fuerzas represivas sumado a la inteligencia con filmaciones y policias de civil, principalmente de la DIPPBA, donde Carlos Castro tenía un legajo. Así el director comparte una gran parte de su intimidad juvenil, llegando hasta la actualidad. Docente en la universidad pública, parece mostrar los hilos del documental para dar una clase magistral. Ya lleva filmados varios documentales (Gelbard: Historia Secreta del último burgués nacional; Alicia & John, el peronismo olvidado; Jauretche en pantalones cortos; Regreso a Coronel Vallejos; Operación Chocolate), además de los que se sumó como guionista. Este Know How es palpable a primera vista. Bajo la premisa de hilvanar historias que se van juntando para dar por resultado el género documental podemos ver una historia personal atravesada por la historia del país y la sociedad en un contexto de orfandad política. Tan real que duele