“Oda amarilla” de Lucía Paz. Crítica.

El cine como arte, el cine como amor.

“Le dedico un poema audiovisual a mamá porque la estoy perdiendo. En el camino aparecen preguntas sobre qué es aquello que nos “dice” ser madre e hija, cuando la capacidad de expresarlo deja de estar. ¿En qué gestos, en qué espacios, en qué intimidades podemos encontrar a nuestra mamá? Haciendo esta película descubro que el cine me permite crear fragmentos que nos evoquen, mediante los cuales indago en las subjetividades que construyen nuestras memorias y en una inmensidad que es capaz de cobijarlas: el mar.”

La directora Lucía Paz se pone delante y detrás de cámara para llevar una parte de su historia a la gran pantalla logrando demostrar que el cine tiene muchas aristas, no solo la artística y exploraría, sino que también puede funcionar como una vía de agradecimiento y acercamiento. Su documental titulado “Oda amarilla” en juego de palabras que evocan el apellido de su madre estrena mañana en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA)

Tres mujeres, tres generaciones, tres vidas. Lucía Paz se sumerge en su historia personal y propone un viaje de amor y recuerdos con el que busca ahondar en los vínculos madre-hija mientras se enfrenta al avance del Alzheimer que padece su madre, Analía Amarilla, quien supo ser una profesional de la salud mental e incluso ocupar un importante cargo dentro del Ministerio de Salud de la Nación años atrás.

A través de fotografías, materiales de archivo, música de piano, charlas y caminatas frente al mar, la cineasta crea con su opera prima un film cargado de emoción y lo transforma en un poema audiovisual con mucho simbolismo. Un documental que, si bien pone su foco en la relación con su propia madre y abuela, no deja de ser un proyecto que abraza otras historias. Una opción muy interesante para disfrutar.

FICHA TÉCNICA

Título Original: Oda Amarilla

Duración: 67 min.

Dirección y Guión: Lucía Paz

Producción: Gabriela Gonzalez Fuentes y Fito Pochat

Dirección de Producción:  Mariana Rojas

Dirección de Fotografía: Emiliano Charna

Dirección de Sonido: Miguel Kancepolsky Teichmann

Montaje: Kevin Kogan

Música Original: Santiago Gutierra

Calificación

Dirección
Guion
Fotografía
Edición
Sonido

La cineasta crea con su opera prima un film cargado de emoción y lo transforma en un poema audiovisual con mucho simbolismo.

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