Una película de Chuck Konzelman y Cary Solomon que logra estremecer al espectador, se estrena este jueves 30 de noviembre en las salas de cine argentinas. Por Nito Marsiglio.
La Batalla entre el Bien y el Mal es un torbellino perpetuo que agita el cosmos y danza en el corazón de cada ser humano. En esta epopeya celestial, los ángeles y demonios libran una guerra eterna por el alma de la humanidad. Los héroes y villanos de esta historia son los hombres y mujeres comunes, atrapados en un constante dilema moral.
Las Posesiones Demoníacas, como un eco distante de la lucha celestial, son un misterio que desafía la lógica y la razón. La mente humana, ese laberinto de luces y sombras, a veces sucumbe ante fuerzas incomprensibles. En esos momentos, el alma se convierte en un teatro de horrores donde el demonio toma el escenario, y la víctima se convierte en marioneta de lo desconocido. Es un recordatorio sombrío de que la fragilidad humana puede ser invadida por lo oscuro y lo desconocido.
En la cultura popular, estas narrativas de lo sobrenatural se despliegan como un lienzo en blanco para explorar los abismos de la humanidad.
A través de películas de terror, novelas y cuentos, los artistas destilan la esencia de nuestros miedos más profundos y nuestras tentaciones más ocultas. La belleza de lo macabro y el terror de lo desconocido se entrelazan en una danza inquietante que nos recuerda que, en última instancia, somos nuestros propios demonios y ángeles.
El Demonio, la Batalla entre el Bien y el Mal, y las Posesiones Demoníacas son elementos que componen el poema épico de la experiencia humana.
En esta danza cósmica de sombras y luces, exploramos los confines de nuestra moralidad, enfrentamos a nuestros propios demonios internos y nos sumergimos en el misterio insondable de la existencia. En estas narrativas, encontramos la esencia misma de nuestra condición humana, atrapada entre el deseo y la redención, la tentación y la virtud, en un eterno baile de sombras en el alma.
NEFARIUS se inscribe genialmente dentro de esta narrativa y no es una película más de personas poseídas.
Con un ritmo impecable los directores logran hacer creer y sentir al espectador que EL Demonio es posible.
Con la genial actuación de Sean Patrick Flanery y Jordan Belfi y la dirección de Chuck Konzelman y Cary Solomon, se logra Nefarius una obra de terror realmente espeluznante.