Mujeres de la vida.

Escrita por Anne Paulicevich, dirigida por Anne Paulicevich y Frédéric Fonteyne y estrenada en los Países Bajos en junio del 2020. Nos relata el duro transitar cotidiano de tres prostitutas europeas y se presenta en My French Festival 2021.  

Es de noche y hay una copiosa lluvia, en un lugar que se ve descampado,  unas manos que empujan hacia una fosa a un cadáver que está todo envuelto. Luego se ve que comienzan a cubrirlo con tierra y que son tres mujeres con impermeables. Se funde a negro y pasa de una panorámica tomada desde un edificio de apartamentos a una recidencia de una familia compuesta por la joven madre, un niño, una niña y la abuela. Así comienza la película Filles de joie o Mujeres de la vida que participa del My French Festival 2021.

Luego continúa con una típica problemática familiar con los niños, una charla con la madre por cuestiones de gastos y la administración familiar. Los niños son dejados en la escuela y ella se dirige a un automóvil donde se encontrará con dos amigas. Cruzan la frontera a Bélgica y  llegan a un gran chalet que es su lugar de trabajo, un burdel, y allí toman sus respectivos nombres de trabajo como prostitutas Atenea, Circe y Hera.

De esta manera, casi como un thriller, los directores Anne Paulicevich y Fréderic Fonteyne nos la presentan. Sin embargo, a medida que avanza la trama, vemos como esas tres heroínas tratan de sobrevivir en este mundo, de sostener a sus familias y a la vez mantener la dignidad. Teniendo también que enfrentar el abuso, el machismo y ser utilizadas y engañadas por los hombres.

Hasta aquí, se podría decir que es una trama remanida. Sin embargo el logro de la obra es que de forma muy natural va introduciendo al espectador en la vida y pesares de las prostitutas. 

La actuación de Sara Forestier, Noémie Lvovsky y Annabelle Lengronne son realmente un gran logro para poder representar a estas heroínas y cabe también resaltar la fotografía de Juliette Van Dormael, que le da un importante aporte al film.

Mujeres de la vida nos resalta crudamente el dilema de nuestra hipócrita sociedad occidental con la llamada “la más antigua de las profesiones”.